miércoles, 11 de noviembre de 2015

Mopno - Dancehall (Poprebop 2009)

Existen en Barcelona rincones poco frecuentados, en uno de ellos es en el que habitan grupos y proyectos como Caer-bien, Fuego, Mopno, Equipo Humano Uno y STA. Despreocupados por pasar casi desapercibidos, quizás la participación de algunos de ellos en los más celebrados Bradien les haya dado un poco más de visibilidad, pero a todas luces insuficiente para calidad y personalidad de la música que andan facturando.
Hoy vamos a poner el foco sobre Dancehall de Mopno, uno de los discos más extraños y fascinantes que he encontrado en mucho tiempo. El titulo puede despistar un poco si pensamos en dancehall como el estilo musical proveniente de Jamaica, aunque no tanto si tenemos en cuenta que la palabreja viene de dance hall que podríamos traducir como sala de baile. Y en una sala de baile puede sonar cualquier cosa, pregúntenle ustedes a sus padres, o abuelos, si es el pasodoble música de baile o no. Pero tampoco va de eso el disco, porque, en verdad, igual si tiene algo que ver con Jamaica, más que nada porque si uno piensa en un salón de baile de la isla, lo imaginará repleto de un humo denso que estimula todos los sentidos, y de una manera similar nos llegan los sonidos de este disco, nítidos pero filtrados por un ambiente narcótico.
Diecinueve son las canciones que aparecen en este disco, que queda conformado como un tapiz tan aparentemente fuera de toda lógica como enigmático e hipnótico, que a cada escucha deja una sensación similar a la de ver por primera vez Carretera Perdida. Las canciones, en su mayoría breves, mutan y abandonan plácidas melodías para dejar paso a ruiditos de diversa procedencia, como si el encargado de la grabación hubiese presionado el botón del "rec" a destiempo. En otras ocasiones parece que se hubiesen dejado la ventana abierta mientras estaban metidos en la faena o incluso como si algunas tomas se hubiesen grabado desde fuera del estudio, y entonces las canciones se ven asaltadas por voces, pasos, susurros, respiraciones, puertas que se cierran, teléfonos que se cuelgan y más ruidos.
De una forma o de otra, todo parece cazado al vuelo, en un extenso viaje que nos lleva una y otra vez desde África hasta Nueva Orleans con parada en la mencionada isla del Caribe, en el que prevalece la naturalidad a la toma perfecta y en el que no solo se captura la música sino su contexto. Una vez escuchado, ya es tarea del oyente atar los cabos e intentar explicarse por qué tiene los ojos enrojecidos y esa sensación tan placentera en el cuerpo.
Mopno son Baptiste y Balbini, que en esta ocasión contaron con la ayuda de Jules y Pope en unos cuantos temas.



No hay comentarios:

Publicar un comentario