Después de La Alcantarilla Del Paraíso, editado en 1996, Soul Bisontes entraron en un largo periodo vacacional del que muchos creíamos que ya no volverían. Por tanto fue una sorpresa que en 2004 viese la luz Magia Cotidiana, single de cuatro canciones con el que Pablo Cobollo, junto a las incorporaciones de Iván Rodríguez, Micky Jiménez y Nacho Álvaro, volvía a echar a caminar a la banda. Un año más tarde Pablo anunciaba que el grupo estaba más vivo que nunca, tenía nueva alineación y cinco canciones grabadas preparadas para ver la luz. Así que no estoy seguro cuál fue la idea con que se editaron en 2006 los dos recopilatorios que glosaban exhaustivamente los años de vida del grupo. Si tenían la intención de cerrar definitivamente su primera etapa, para tomar impulso en una segunda, o si ya se hicieron sabiendo que era el adiós definitivo del grupo.
Sea como fuere, tanto el cd 1991-1994, que incluía sus primeras grabaciones, el single Corazón Veloz, el lp Vértigo Peninsular, ya por entonces totalmente descatalogados, y otras canciones de las mismas sesiones, como el doble cd Los Moscardones & En Órbita 1988-2005, que rescataba muchísimas maquetas de toda la trayectoria musical de Pablo, incluso previas a los Soul Bisontes, son un hervidero de canciones para quitarse el sombrero, y la tapa del cráneo.
Acabada la andadura de Soul Bisontes, en la cabeza de Pablo seguía bullendo canciones y en 2009 se estrenó a su nombre con Rumbo A Peor, un doble disco con 32 canciones en las que todavía se podían encontrar ecos de su anterior grupo, pero que abrían el abanico estilístico en infinitas direcciones, y entre las que se encuentran Toulouse-Lautrec y La Clepsidra, dos de mis canciones favoritas de todos los tiempos. Grabadas entre 2006 y 2008 con la ayuda de un buen montón de amigos, en él aparecen la guitarra de Javier Colis, los coros de Ana Béjar, el bajo de Nacho Laguna, el violín de David Gª Bonacho, el saxo y el moog de Justo Bagüeste, las baterías de Adrián Ceballos y Tintín G. Albuerne y un largo etcétera. Hace muy poco se acaba de volver a poner en circulación remasterizado, con algún cambio en las mezclas y en algunos arreglos, en una edición que solo se puede conseguir a través de la web Mentes De Ácido.
Otros cinco años hubo que esperar hasta que en 2014 apareciese La Nostalgia Mata Más Que Las Pistolas, su último disco hasta el momento, que llegó a las tiendas a la vez que su poemario Vértigo Peninsular (Vacaciones En Polonia / COTALI), obra que anteriormente había sido precedida por los volúmenes Canciones Para Náufragos Urbanos y Explosiones.
Bueno, pues este disco, como su título indica, nos trae a Pablo tiroteado por la nostalgia, disparos que él convierte en doce canciones tirando a serenas, casi siempre en primera persona, con los textos más inteligibles que nos ha ofrecido nunca. Poco espacio hay en ellas para el humor psicodelicamente distorsionado que inundaba antaño sus composiciones, aunque siempre aparece algún verso con el que nos recuerda que, aun sin proponérselo, su visión del mundo no se dirige hacía los mismos puntos de fuga que rigen el entendimiento cartesiano que de este mundo tiene la inmensa mayoría.
Amores pasados, preciosa Nazaret, recuerdos de infancia, Me Muero De Risa, de tiempos duros, En Las Trincheras, y también de tiempos mejores, Seis Minutos, envueltos en orfebrería musical que lo mismo trae aromas de la canción italiana que aires de la cordillera andina, como en Bufón, sin dejar nunca de ser pop melancólico en las manos de un creador mayúsculo, que esta vez ha decidido hacernos más accesible y directo el camino hacia su mundo personal, aunque en esta ocasión el pago del peaje pueda desarmar. Quien se decida a recorrerlo no podrá evitar sentir como se van arrugando sus entrañas, afectado por ese inexplicable, y poco frecuente, síndrome de deshidratación por llanto interior.
En la grabación de este disco Pablo estuvo acompañado por Tintín G. Albuerne, Miguel Rey, Rodrigo Cortillas y Luis Lasso.