Mira por donde últimamente conduzco con este disco. Bueno, en verdad con la reedición que hizo Søster - DRO Atlantic en 2007. No se qué hizo que Christina se marchase a los USA a vivir, pero allí se juntó con músicos de reputada solvencia y gran repercusión entre el público indie y grabó tres discos; y aquí toda la crítica (que hasta el momento nunca se la había tomado muy en serio) la ascendió a los altares. Este es el segundo disco que surgió de su aventura americana. Y yo lo escucho y escucho y no acabo de encontrarle esa belleza sublime que se le supone. Son ocho canciones que no entran a la primera, donde la voz de Christina parece huir de cualquier exhibición y se muestra lánguida y susurrada (saltando por esos versos tan cortos), sin la sensualidad de la que solía hacer gala. Y yo lo escucho y escucho y me van entrando As The Stranger Talks y 36. Las canciones están aparentemente construidas con los mínimos elementos, guitarra, baterías y percusiones casi imperceptibles la mayoría de las veces, ahora unas cuerdas, ahora un piano. Y yo lo escucho y escucho y... Para rematar la jugada, la canción que se acompañó con un video es de las más raras del lote.
Si no te lo crees miralo:
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