jueves, 4 de junio de 2015
Casi el Día de Canarias
De joven, la palabra Canarias nunca me dijo mucho. Sí, eran las islas en las que me había tocado nacer, pero como me podía haber tocado en cualquier otro lado, un hecho absolutamente casual. Me resultaba absurdo sentir orgullo de algo en lo que yo no tenía ningún mérito y no podía entender que alguien lo sintiera. Aunque por aquella época sentía bastante simpatía por los movimientos independentistas de izquierdas, y por lo del derecho de autodeterminación de los pueblos, muchas veces me preguntaba en qué beneficiaría a la gente de la calle el vivir bajo una u otra bandera. Para mi el problema estaba en los políticos y el sistema, y aquello de que la democracia era el menos malo de todos me repateaba los higadillos. ¿Que mas me daba a mi que Canarias fuera un estado propio o una autonomía del estado español, si los que nos gobernasen en cualquier caso iban a seguir siendo unos privilegiados, cuando no, unos ladrones directamente, y las calles de mi barrio seguirían siendo ese pequeño caos?
Ahora, sobrepasando los cuarenta, aunque mi forma de pensar no ha cambiado tanto, no puedo dejar de reconocer que estos ocho pedruscos apenas visibles en el mapa, que son mis islas, me han ido enamorando poco a poco. Cada vez más amo su cultura, y cada vez mas respeto y admiro a toda la buena gente que nunca ha querido dejar de ser canaria. Cada vez mas me irrita escuchar a un canario decir vosotros, y cada vez mas me da tristeza ver como nuestro habla se difumina.
Y aunque quizás ahora sea el peor momento para escribir esto, al fin y al cabo el 30 de mayo es el día de Canarias porque se celebró la primera sesión del parlamento autonómico, y no hay que olvidar que nuestros gobernantes son uno de nuestros mayores cánceres, cualquier día es bueno para decir que, cada vez mas, me siento feliz de ser Canario.
Y orgulloso, aunque no haya tenido nada que ver en su aparición, de que en Canarias surjan grupos como Achicatnas. Que sirvan estos dos temas como palabras de amor a nuestra Tierra, y de odio y rabia hacia sus enemigos.
Por cierto, cada vez más, vuelvo a escuchar hip-hop.
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