jueves, 24 de marzo de 2022

Las canciones del 22 de febrero al 8 de marzo

Estamos de vuelta, como cada dos semanas, con una muestra del mejunje musical que ha sonado en nuestra casa días atrás. Aquí tienen 40 minutos de música para dejar la cocina limpia como una patena o planchar toda esa ropa que tienen atrasada, denle al play, sean felices...


01. Sin Título de Atomizador. Extraída de … Y Qué Es Exactamente Un Sueño… (Afeite Al Perro / Discos Alehop! 2020)
Cuando hace 12 años alguien le regaló un ukelele a Atomizador nadie podía imaginar lo que se nos avecinaba. Hasta entonces Atomizador era un proyecto que grababa cintas, y algún cd-r, con experimentos de la más variada índole: voces, ruidos, alaridos, nanosamples, electricidad, ejercicios imposibles de garganta y todo lo que pasase por su cabeza.
Pero entonces llegó el ukelele a su vida, y ya puesto también retomó lo de coger la guitarra, cosa que ya había hecho en A Room With A View, y compuso unos temas con estos instrumentos y los grabó en un disco compartido con Esperit!. Y así siguió, grabando discos de una especie de pop folk lisergico poco habitual lleno de voces alucinadas, que son ya marca de la casa, en los que colisionaban los preciosos temas de guitarra, de aire más clásico, con las locuras de ukelele y voces, más algunas sorprendentes versiones.
Pero llegados a este punto, para este, su cuarto disco en solitario, da un paso más en su evolución anti moderna y pone a prueba sus aptitudes con el laúd y la vihuela. El resultado es tremendo, los mencionados instrumentos emanan sus aromas mozárabes y renacentistas en melodías preciosas que se ven invadidas por esas voces desatadas, que se doblan, que lo mismo alargan sílabas hasta el infinito, que las repiten sin mesura. En el apartado de versiones, esta vez le toca a Pálida Luna, canción de Lydia Mendoza grabada en los años 30 del siglo pasado. Solo nos queda desear y soñar con una futura colaboración entre Atomizador y Gregorio Paniagua, qué alguien la propicie, por favor.

02. L’herba Fresca Gagliarda / Yo Con Vos, Señora / Calabaça, No Se, Bven Amor / Non Qviero Ser Monja, Non de Atrivm Mvsicae. Extraída de Codex Glvteo (Hispavox 1978)
En la tabla derecha de El Jardín De Las Delicias se representa el infierno. Entre todos los martirizados que lo pueblan, en la parte baja, a la izquierda, yace un cuerpo aplastado por una gran bandurria o algún instrumento parecido, que nos muestra sus posaderas desnudas en las que hay escrita una partitura. Según el texto del propio Gregorio Paniagua que acompaña al disco, dicha partitura “tiene la particularidad esencial de ser la única escrita directamente sobre el culo de un ser humano”, y en él también explica que esta “fue el chispazo que ha servido de punto de ignición para la compostura de este disco caculofónico”.
Y más o menos este es el tono de lo que hay en este disco. En los créditos las canciones están divididas entre la nalga I y la nalga II del vinilo, siendo las primeras calificadas de composiciones y las segundas de deposiciones. Las canciones, tomadas del Cancionero Musical de Palacio, originales del siglo XV y XVI, se seleccionaron entre aquellas que desde siempre se han calificado por los musicólogos “de obscenas, licenciosas, excesivamente libres, groseras e irrespetuosas”. La instrumentación es de lo más variada conviviendo instrumentos de alta alcurnia con matasuegras, reclamos de ruiseñor o globos flácidos. Y además, esta vez cantan, mucha picardía, como diría mi abuela, y doble sentido en los textos, en lo que deben ser las raíces de nuestros cuplés y revistas musicales. Entretenido y curioso.

03. Nanaes de Jr. Extraída de 127 (Acuarela Discos 1999)
Dentro del mimo con el que la prensa trató a la escena indie de Gijón, siempre me ha parecido que Eliminator Jr., el grupo que tuvo como miembros fijos a Rafael Martínez Del Pozo y Francisco De Borja, fueron los que recibieron los mayores palos. A la vez que editaban su único disco grande, Rafa también andaba trajinando con Yogur, un combo donde la absoluta libertad parecía ser su motor creativo.
Además de un ruso, los componentes de Yogur provenían de puntos distantes de la geografía española, con lo que imagino que su continuidad no fue tarea fácil, pero Rafa se trajo su espíritu libre a Eliminator Jr., cosa que se nota en su single de despedida Goma. Después ya vino la mutación, los dos componentes fijos incorporan a Frank Rudow a la batería y pasan a llamarse Jr. Debutan con Astro Discos en 1997, y dos años después llega este 127.
Jr deben ser una de las bandas más longeva de todas las que salieron de aquel Gijón de los noventa, y sin duda la más marciana y extraña. Facturan una especie de pop lento y comatoso, anti alegre, aunque creo que ellos le echan humor al asunto, destartalado y apático, susurrado con pocas ganas, las canciones acaban cuando menos te lo esperas, acústico y un pelín disonante, en cierta manera elaborado y arrimado al jazz, sin estribillos ni nada que se le parezca. Música muy muy distinta, sin ninguna concesión al oyente y con momentos mágicos si persistes en las escuchas.

04. Asmakizuna de Jabier Muguruza. Extraída de Boza Barruan (Elkar 1994)
Desde hace años, de vez en cuando, desde que se creo todo el revuelo con Negu Gorriak, me venía a la cabeza Treku Armendariz, batería de Kortatu, y me preguntaba qué habría sido de él después de la separación del grupo. Y anoche, indagando en la biografía del mayor de los Muguruza, encontré la respuesta. Resulta que tras el fin de Kortatu recaló en Les Mecaniciens, banda con la que Jabier daba sus primeros pasos en esto de la música, si obviamos un disco para el público infantil que bajo el nombre de Xabi Muguruza fue publicado en 1989. Les Mecaniciens llegaron a editar tres discos, el último de 1993, y después, ya sí, le llegó a Jabier la hora del atrevimiento con este Boza Barruan con el que inauguró su carrera en solitario.
Dueño de una voz muy bonita, suave y melódica, entonando a veces un poco como Albert Pla, con muy poco acompañamiento, apenas guitarra y bajo o contrabajo, va meciendo las ocho canciones que componen el disco, hay también tres pequeños instrumentales, deslizando de forma delicada las palabras, unas suyas y otras que le prestan Bernardo Atxaga e Iñaki Arazu, para crear un conjunto siempre agradable al oído, que igual peca de cierta linealidad, en el que refulgen dos o tres temas que invitan a seguir indagando.

05. Piel De Pantera de Javier Álvarez. Extraída de Javier Álvarez (Chrysalis 1995)
En 1993, una vez ha abandonado la disciplina de Taller Canario De La Canción, Pedro Guerra emigra a Madrid. Allí presta su canción Contamíname a Ana Belen y Víctor Manuel, que deciden grabar un doble disco en directo al que invitan a todos sus amigos, incluido Juan Echanove, y revientan las listas de ventas. La canción se convierte en un clásico inmediato a la altura de La Muralla y el nombre de Pedro Guerra empieza a sonar fuerte. Graba su primer disco, y la industria discográfica, que en aquella época funcionaba a pleno rendimiento, tiene una visión: “Vuelven los cantautores”.
EMI ficha a Javier Álvarez, un fichaje que se publicita revestido de autenticidad y sueño americano: de tocar en El Retiro a ganar el premio Ondas al mejor artista revelación, suena en todas las radios y despacha muchos discos. Pero el chico de cara angelical sale un poco díscolo y después de otro trabajo, que titula Dos, nos sale con Tres, un discazo de auténtico espíritu punk. Todo explota y yo empiezo a interesarme por su música, a admirarla profundamente y a comprar sus siguientes discos.
Siempre me había negado a escuchar los dos primeros, y solo los he comprado cuando los he visto tirados de precio, por completar. Este primero, pues es eso, un disco de cantautor con bendiciones y colaboraciones en los coros del matrimonio asturiano castizo, del Taller Canario De La Canción al completo y, quizás lo más importante, de Suso Saiz, cómplice en sus mejores discos que todavía estaban por llegar.

06. Trail From Alaska de Jardín De La Croix. Extraída de Circadia (Aloud Music Ltd. 2016)
El cuarto disco de Jardín De La Croix lo encontré en una tienda de segunda mano, lo miré, vi que lo editaba Aloud, me aseguré de que era un grupo español buscando en internet su nombre, y me lo llevé. Salvo los de Toundra, que también compré en la reventa, no entraba un disco de esta etiqueta en casa desde la época del Rigan Asesino, Olibia Vencerá de Joe K-Plan.
Por otro lado, el post-rock tampoco ha sido nunca mi fuerte, le tengo cariño al primer disco de Unicornibot, y en su día fui más de Camping que de 12Twelve. Tampoco me hizo del todo feliz el giro que dio Manta Ray en Pequeñas Puertas Que Se Abren Y Pequeñas Puertas Que Se Cierran.
Jardín De La Croix, dentro de eso tan amplio que es el post-rock desde que nació , estarían en el flanco técnico y metálero del asunto, suenan duros, compactos, milimétricos, metronómicos, contundentes y virgueros, molan para escucharlos haciendo cosas y dejarte llevar de vez en cuando por pedacitos de sus canciones, pero no me sorprenden mucho, igual porque todo parece muy meditado antes de entrar en el estudio de grabación, un poco de paisaje en calma con los teclados y la batería manteniendo el tema y vuelta al furor guitarrero. Agradables, como lo son siempre las guitarras bien estrujada sin alardes individualistas, pero igual tocadas aquí con demasiado civismo. Rock cañero instrumental que diría el otro. Potencia con control.

07. El Paraíso (A Dos Pasos De Mi) de Doctor Divago. Extraída de Especial De La Casa (Bonavena Música 2014)
Recopilatorio para celebrar los 25 años de Doctor Divago en los escenarios y, a estas alturas, si has seguido un poco este blog, comprenderás lo poco que me importan cuáles son los 23 temas que han decidido incluir en este cd para conmemorar dicha efeméride. Se agradece la presencia de tres temas inéditos o de difícil localización, y si echo alguno de menos en mi particular lista de hits del grupo, pues voy a la estantería y me lo pongo.
Más jugoso aún resulta el DVD que incluye la edición, en el que podemos ver Los Tontos Buenos Tiempos, documental sobre el grupo dirigido por Rubén Soler en el que se recorre toda la trayectoria del grupo disco a disco con multitud de datos, entradas y salidas de miembros, paso por las distintas discográficas y los entresijos en su relación con ellas con especial mención a su paso por Criminal Records. Alabanzas de José Ignacio Lapido, Fernando Alfaro, algún presentador radiofónico, unos cuantos críticos musicales y reflexiones muy acertadas, para mi gusto, de Eduardo Guillot.

08. A Greedy Girl Like You de Doctor Explosión. Extraída de Aquellos Maravillosos 90. Un Tributo A Dr. Explosión (Subterfuge Records 1996)
La explosión del indie noventero trajo algunas cosas positivas, una de ellas fue la de dar visibilidad a otras muchas bandas que, sin encajar en la etiqueta, de otra manera se hubiesen seguido moviendo entre los márgenes de lo minoritario y la invisibilidad total. Algo así pasó con las bandas que rendían pleitesía al garage. Años antes, Los Furtivos, Flashback V, Los Contentos o Fallen Idols eran nombres que solo conocían unos pocos fanáticos del género, pero con la irrupción del indie, grupos como Sex Museum, Pleasure Fuckers, La Secta, Los Imposibles y otros muchos se hicieron familiares para todo el público indie.
Quizás los más beneficiados de esta mezcla entre escenas fueron Doctor Explosion. Fichados por Subterfuge y provenientes de Gijón, se encontraron con un pie y medio metido en el indie, y su promoción, sin quererlo ni buscarlo. Y es que ellos hacían garage y poco tenian que ver con las bandas que florecieron por aquella época en su ciudad. Garage que tanto se acerca al beat hispano de los sesenta como al punk, siempre con sentido del humor y muchas ganas de diversión y fiesta. En este disco, planteado como un tributo a ellos mismos a cargo de grupos inventados con nombres como Green Gay, El Pene De Trip, Pleasure Vaques o Los Presidentes Del Principado, cumplen su cometido.

09. Algún Día Sé de J. Teixi Band. Extraída de Blues Casino (Fiebre 1998)
Sí amiguitos, los temores de nuestras abuelas eran ciertos, el viejo rock and roll es una música diabólica que puede poseerte y atraparte de por vida. Javier Teixidor es uno de esos casos de posesión que data al menos de finales de los setenta, cuando encabezó a los míticos Mermelada. Desde entonces, y hasta día de hoy, no se ha movido un ápice de esa encrucijada de blues, rhythm and blues y rock and roll primigenio que se dio en las décadas de los 40 y 50 del siglo anterior, aunque es cierto que no controlo toda su extensa discografía y puede que haya alguna sorpresa.
Con la mala suerte pegada a los talones, nunca ha gozado de la atención desmesurada de la crítica, y no ha podido disfrutar de la repercusión que en su día tuvieron por ejemplo Los Del-Tonos o toda la movida de blues que surgió en Andalucía entorno al sello Cambaya Records.
Así las cosas, a finales de los noventa da por terminada la trayectoria de Mermelada y da forma a la J. Teixi Band con la inclusión de Emilio Galiacho, ex Los Elegantes, a los teclados. Este es el debut de la nueva banda y lo que hay es lo descrito más arriba, incluyendo cuatro versiones que yo solo distingo de los temas del propio Teixidor, valga esto como un halago, por el arterisco que las señala en los créditos del disco.

10. ¡Darle Fuego A Bilbao! de Doctor Deseo. Extraída de Fugitivos Del Paraíso (Oihuka 1992)
Otro de esos discos que uno compra por vicio, mi auto excusa seguramente habrá sido la de que ya que estaba barato y, total los gastos de envío van a ser los mismos, pues lo incluyo en el pedido. El tercer disco de Doctor Deseo llega muy tarde a mis manos, si lo llega a hacer en 1992 seguramente me hubiera gustado mucho más, pero no es el caso.
Las letras de Francis hablan de calle, de restregones en esquinas oscuras, de vividores con sensibilidad, de crápulas elegantes; miradas al lumpen sin maquillar, amores que son puro deseo y camas que son solo para descansar cuando ya amanece. En definitiva, retratos de lo que hacen los malos cuando los buenos dormimos.
Respecto a la música, rock que se acerca al pop, arreglado con metales por aquí, con una guitarra española por allá o con cuerdas por otro lado. Para mi gusto de ahora un sonido demasiado manso para las sensaciones canallas que quieren trasmitir los textos.

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