Nuevas canciones, y en esta ocasión es el disco Otros Días de Gualberto el encargado de marcar el rumbo de esta selección de canciones. Así que entre los muchos discos que están aguardando su turno para aparecer en este blog hemos tirado por la década de los setenta, por el virtuosismo, por el folk, por lo sinfónico y por el acercamientos a la música de cámara. En principio, nada que sobre el papel me emocione mucho, discos que he comprado más por curiosidad que por necesidad de escucharlos o por considerarlos imprescindibles.
Yo empecé a escuchar música en los ochenta, así que casi ninguna referencia de la década anterior formó parte de esos descubrimientos que de joven te abren un nuevo mundo, incluso juraría que el primer disco que compré de esta década fue el de La Banda Trapera, y lo hice cuando se reeditó en los noventa y por lo que tenía de antecedente directo del punk en nuestro país.
Bueno, una vez contada mi batallita, a continuación les dejamos con diez canciones que un poco la casualidad, y otro poco mi afán de completismo, han traído a mis oídos en estos últimos años. Espero que las disfruten.
Surgidos a principios de los setenta en Manresa, el grupo formado por Manel Camp, Santi Arisa, Martí Benet y Jordi Camp edita en 1974 su segundo disco, otra vez sin título, y con una inolvidable y fovista portada como seña de identidad.
En su interior cinco canciones, que van desde los tres minutos de la ágil Farsa Del Buen Vivir hasta los casi diez de Concerto Grosso, en las que cabe casi de todo, jazz, rock, voces, interludios tranquilos, solos de batería, de órgano, acercamientos al folk, a la música clásica y cambios, cambios y cambios…
Los entendidos del género parecen coincidir en dos cosas, en que por momentos pueden recordar a los británicos Gentle Giant, cosa que yo no puedo ni afirmar ni desmentir, y que estamos ante una de las cumbres del rock sinfónico en nuestro país, a lo que yo solo puedo añadir que a mí me ha gustado más de lo que esperaba.
El de Chamartín comenzó su andadura musical en los alrededores del año 1967 dentro del colectivo Canción Del Pueblo, para después dedicarse unos años a errar por el mundo con su guitarra.
Regresa a España a comienzos de la década de los setenta y en 1973 salía al mercado A Pesar De Todo, el primer disco largo a su nombre. Su tercer disco, La Estrella Del Alba, lo perpetraría en Menorca, a donde había huido cansado de la gran ciudad. Diez canciones, tres de ellas instrumentales, en las que se acompaña por músicos que por aquellos años deambulaban entre lo progresivo, el jazz y el amor libre, entre los que encontramos al bajista, y coautor de algunos temas del disco, Jorge “Flaco” Barral, luego en Azahar y Azabache; al percusionista Fernando Bermúdez, luego en la banda con la que Luis Vecchio grabó Contactos; y a los hermanos Jesús y Jorge Pardo.
Como resultado un disco con dos vertientes bien diferenciadas, una más cercana a lo progresivo, vía acercamiento también a lo latino y la exuberancia instrumental, y otra más intimista y cercana a las canciones que formaron su anterior disco De Paso.
Formados en 1964 por Gregorio Paniagua después de que este decidiera abandonar sus estudios de medicina y viola de gamba, y consagrar su vida a la música antigua. Esto lo lleva a crear su propio taller en el que reconstruye la mayor parte de los instrumentos musicales antiguos que figuran en los manuscritos, pinturas, bajorrelieves y cerámicas con los que se topa mientras perpetra sus investigaciones musicales, y a ejercer como director de este ensemble durante toda su trayectoria.
En 1977 editan, si las cuentas no me fallan, su séptimo disco, este Musique Arabo-Andalousse, en el que el Atrium está integrado por Cristina Úbeda, Beatriz Amo, Pablo Cano y los hermanos Gregorio, Luis, Eduardo y Carlos Paniagua.
Doce piezas de nūbah andalusí que bañaron Granada desde el siglo VIII hasta la caída del califato en 1492, y que evocan el amor a la vida y el gusto por la belleza que reinaba en aquellos tiempos de esplendor cultural.
Formados en Hondarribia, en algún momento entre 1975 y 1976, por Xavier Lasa, Amaia Zubiria, Gabriel Barrena, Carlos Busto y Txomin Artola cuando este último buscaba una banda de directo para presentar Olaxta, su primer y reciente Lp en solitario. Al final, parece que nunca llegó a presentarlo, sino que se involucró de lleno en el nuevo grupo, que debutó en 1977 con este disco.
Siete canciones de folk levemente lisérgicas, cinco de ellas acreditadas como populares más una composición de Txomin y otra de Xavier. Canciones bonitas de verdad, casi mágicas, evocadoras y plácidas que cada vez me gustan más.
A pesar de la buena acogida del disco por parte del público vasco, al año siguiente Txomin deja Haizea para continuar su carrera en solitario, mientras que la banda incorpora a Xavier Iriondo en su lugar. En 1979 editarían Hontz Gaua, considerado por los especialistas como uno de los mejores discos de folk progresivo grabado en Europa por aquellos años, lo que quizás ha relegado a un injusto segundo plano este delicioso debut.
El madrileño Pedro Ample, después de pasar por Los Grimm, de sustituir a Teddy Bautista como vocalista de los Canarios mientras este hacía la mili, y de probar suerte con The Brisks y Frecuencia, empezaba a comienzos de los setenta su carrera en solitario como Pedro Ruy-Blas. Su primer largo, Luna Llena, llegó en 1975 y en él ya se empieza a percibir un distanciamiento de la canción melódica con la que se dio a conocer en sus primeros singles.
Su siguiente paso, Dolores, es más drástico, Pedro se coloca en la batería, usa su voz como un instrumento más, y las composiciones del álbum se reparten entre los músicos que participan en el disco, propiciándose así, poco después de esta grabación la creación propiamente dicha del grupo Dolores. La banda solo publicará dos discos, La Puerta Abierta, y este Asa·Nisi·Masa en el que la banda la forman Jorge Pardo, Jesús Pardo, Antonio Aguilar, Rubem Dantas y el propio Pedro, además de contar con la guitarra de Paco de Lucía en el tema que abre el disco.
En total, seis temas de jazz fusión tropicalista comandados por flautas, saxo, teclados y percusiones.
Formados en 1972 en torno a Jordi Fàbregas, Ton Rulló y Miquel Estrada, los propios músicos definían al grupo como un cantautor de tres cabezas, fueron incorporando elementos al proyecto hasta llegar a ser seis personas a la hora de grabar este Perquè No S’apagui L’aire, su último disco hasta su vuelta a los escenarios en 2013 que nos traería un nuevo disco en 2016.
Parece que su irrupción a comienzo de los setenta supuso un pequeño revulsivo para el folk catalán, pero a la altura de este tercer disco, en el que se apoyan en textos del poeta Miquel Desclot en cinco de los siete temas que lo conforman, la etiqueta se les queda demasiado estrecha. Nuestros tres protagonistas con la ayuda de Ramón Llatjós, Josep Pons y Lluis Masdeu cocinan un disco en el que hay un poco de todo, y sí, hay folk con sabor a cantautor y a mediterráneo, pero también hay espacio para guitarras eléctricas, pianos Fender, Moog, efectos y percusiones que llegan a su cenit en los trece minutos de la final Cançó Del Campaner De Taüll.
Formados en 1976 en Madrid por Iñaki Egaña, Kiko Guerrero y Manuel Rodríguez. Iñaki había tocado con Barrabás, y en 1974 había grabado el disco Karma a su nombre en el que ya Kiko Guerrero se encargaba de la batería. Por su parte Manuel Rodríguez venía de los sevillanos Goma, con los que había grabado su único disco 14 De Abril. Al año siguiente incorporan a Marcos Mantero, que ya había tocado con Manuel en Chicle, Caramelo Y Pipa, y venía de tocar con gente como Gualberto, Eduardo Bort y Lole Y Manuel.
Los cuatro músicos, que en aquella época parece que se encontraban en perfecta comunión con las enseñanzas de gurú Prem Rawat, deciden irse a vivir juntos formando una comuna en las cercanías del Puerto de Santamaría, dedicándose a la agricultura y la música.
Dos jefazos de CBS España quedan impresionados por su potencia improvisatoria y creativa y les graban su primer disco, cuatro canciones que según los especialistas han quedado como una de las cumbres del rock progresivo de este país y piedra fundacional de eso que se llamó rock andaluz.
Nacido en Santiago de Compostela en 1953. De juventud itinerante, viajó y vivió en varios países europeos a mediados de los sesenta. Dio sus primeros pasos en esto de la música en bandas cercanas al pop y al rock, incluso parece que pasó fugazmente por los progresivos NHU, aunque también estuvo en contacto con el colectivo Voces Ceibes, cuya premisa era hacer canción social y beligerante cantada en galego y en el posterior y efímero Movimento Popular Da Cancion Galega, ya en 1974.
Debió ser por aquellos años su fortuito encuentro en una tienda de segunda mano con un arpa, resultando ser providencial, según cuentan las crónicas para el devenir y renovación del folk galego. Editó su primer disco, Fonte De Araño, en 1977, y dos años después llegaba este Lenda Da Pedra Do Destiño. Cinco composiciones propias y tres tradicionales en las que Emilio se encarga del arpa, la cítola, la guitarra, el bajo, los teclados, la zanfoña, la mandolina, las voces y los coros; y Xoan Silvar de la gaita, las flautas y la percusión. Un disco verdaderamente bonito, que conmueve en las tres ocasiones en las que Emilio nos deja escuchar su voz.
Nacido en Triana en 1945, sus primeros pinitos musicales lo llevaron a grupos como Los Jóvenes Excéntricos y Los Murciélagos, grupos de juventud de los que ha trascendido su nombre hasta nuestro días me imagino que solo por el hecho de que Gualberto, y parece que también Silvio, estuvieron en sus filas. Hacia 1966, comienza una nueva aventura con Nuevos Tiempos, en donde coincide con Jesús de la Rosa, aunque deja el proyecto antes de llegaran a grabar su único single para formar Smash al rededor de 1968.
Después de dos discos, descontento con la deriva que está tomando el grupo, viaja a Estados Unidos, de donde vuelve hacia 1972 para grabar su primer disco en solitario, que quedará inédito hasta 1978, cuando salió como parte del doble disco El Nacimiento Del Rock En Andalucía. Luego llegarían A La Vida, Al Dolor y Vericuetos en los que se explaya con la guitarrista y el sitar.
Su siguiente paso es este Otros Días, en el que más bien ejerce de director de orquesta, suyas son las composiciones, pero las interpretan músicos de la Orquesta Nacional. Según contaba en una entrevista, la intención inicial era grabar su guitarra sobre las cuerdas, vientos y piano, aunque al final esta quedó relegada a aparecer únicamente en el tema que da título al disco, entregando un disco que poco tiene que ver con los anteriores.
Nacido en 1944 en Madrid, ya comentamos por encima, al hablar del Atrium Musicae De Madrid, sus comienzos en esto de la música, abandonando sus estudios reglados para sumergirse en su propio mundo de lutieres y partituras vetustas.
Llegado 1980, y después de un sinfín de grabaciones realizadas junto al Atrium, un buen número de conciertos realizados por medio mundo y algunos premios otorgados por su labor muscical, Gregorio Paniagua decide afrontar la grabación de un disco en solitario, alejado de la disciplina del grupo, en el que él se encargaría de tocar todos los instrumentos. Y cuando decimos todos, estamos hablando de una larga lista de más de cien que aparece en la contraportada del disco, cada uno de ellos debidamente acompañado de datos como su origen, fabricante, si se conoce, y fecha de fabricación. Hasta dos timples canarios aparecen entre instrumentos clásicos y otros asociados al folklore castellano, hindú, magrebí... A esto hay que añadir otras fuentes de sonido como globos salchicas, abejas, pelotas cósmicas de ping-pong bajo la influencia de la fuerza de gravedad lunar, además de sintetizadores, vocoder y otros aparatos electrónicos.
La leyenda cuenta que durante todas las noches de un mes Gregorio se recluyó en el estudio de Hispavox para dar vida a este discos tratando de hacer, a su muy personal manera, algo parecido a lo que Mike Oldfield hizo en Tubullar Bells. El resultado fueron nueve temas, y doce interludios, en los que el clasicismo se revuelca con la exploración con resultados que nunca agreden al oyente, sino más bien lo contrario. En su día parece que Hispavox tomó la decisión de retirarlo rapidamente del mercado, incapaces de ver el potencial comercial de este artefacto, que para mí es bastante grande.
No hay comentarios:
Publicar un comentario