Raúl reflexionando sobre la doctrina Foto: Aitor Saavedra |
Si ustedes rebuscan por aquí verán que últimamente Paralelo ha aparecido unas cuantas veces por esta casa. Así que ahora es el momento de hablar un poquito de otros asuntos que lo han mantenido ocupado últimamente. Raúl estuvo en Take The Risk y Age Of Empires, bandas de las que no he encontrado ninguna información. También militó en Heads And Heads, que dejaron un bonito LP grabado por una sola cara y un par de referencias compartidas. Estuvo detrás de la batería en los añorados Naturalesa Salvatge, con los que editó Una Llum Infinita y Ultramar, a la par que estrenaba proyecto en solitario con el nombre de Entre El Centeno, del que hay disponibles un par de temas. También anda metido en un combo que se hace llamar Merda y parece ser que desde hace un par de conciertos ha pasado a formar parte de los geniales Wind Atlas. De todos estos grupos puedes buscar sus bandcamp's y echar una tarde muy bien acompañado.
Cuando lo invité a participar, me manifestó que le apetecía hacerlo de alguno de los dos proyectos que más interés le despertaban en la actualidad, ††† o Albufera. Como esto va de reseñar discos y Albufera por ahora solo ha publicado un single de dos canciones, que aprovecho para recomendarles encarecidamente, finalmente la balanza cayó del lado de los primeros. Así que vamos a por la Doctrina Triangular de †††.
Raúl dice:
Tres Cruces son una de mis joyas más favoritas. Posiblemente la más alta joya de una corona que me hace sangrar, estremecer e introducirme en una contemplación sin igual. Lóbrego, palpitante. Cuando escuché por primer vez Tres Cruces quedó grabado muy dentro.
Hubo una temporada que llegué a obsesionarme y en noches de vino escuchaba el Doctrina Triangular una y otra vez. Se convirtió en mi Jesusito-de-mi-vida, y sin el calor de mi madre pero sí con el del vino, oraba antes de dormir.
No quiero centrarme en ningún tema en concreto. Todos y cada uno de ellos son una caricia fantasmal; la representación de una muerte tierna, melancólica, imparable, que te coge de la mano y tú, indefenso, te dejas acompañar.
La primera vez que los vi fue en Luchador Records (RIP) y nunca lo olvidaré, me las sabía todas y cantaba sin emitir sonido alguno. Cuando acabó el concierto fui a Víctor y le compré la cinta; una de las mejores cosas que tengo entre cassettes y discos.
Simbolismo, numerología, punk, esoterísmo, rabia, misticismo, actitud. Para mí, sin dudarlo, una de las mejores bandas que existen hoy en día. Su coherencia entre sonido, letra y concepto y la autenticidad que tienen son únicas. Tres Cruces son la nínfula ladina y maligna del panorama musical.
Y lo que está por llegar...
Alfredo dice:
Mira por donde, conseguí esta cinta casi de casualidad. La primera vez que oí hablar de ††† fue a través de Musagre. El sello alicantino anunciaba una posible edición del grupo, y encontrarme con un grupo que emplea las tres cruces como nombre fue como si me aplicaran un fierro quemador en el cerebro, ya quedé marcado para siempre. Y a la espera estaba, hasta que entré en contacto con el sello Demonodrome y vi con estupor que ††† ya tenían un trabajo editado, Doctrina Triángular, y que estaba agotado.
Tuve la suerte que desde la propia discográfica rescataron una copia que me vendieron, cosa por la que les estaré eternamente agradecido. Aunque viniese acompañada de extrañas instrucciones, "apaga la luz, cierra los ojos, acuéstate debajo de la cama y disfruta" o algo así. Tenerla entre las manos fue una suerte, pero escucharla es mucho más que eso. Musicalmente las canciones son incontestables, bastante accesibles, no hay que tener los oídos entrenados para ver la belleza desde el comienzo de la cinta, aunque la instrumentación no sea la más habitual, ritmos programados y guitarras acústicas, alguna campana, percusión y seguro que algún cacharro más.
Y luego está lo que las hace únicas, la interpretación vocal y las historias que cuentan. Veintitrés Leones Dorados Custodian Nuestro Templo, la primera canción y la primera frase que se escucha al poner la cinta. Así comienza la inmersión en la Doctrina Triangular, en un mundo de muerte y batallas que quien vio nunca podrá olvidar, de hombres ardiendo, de encuentros espectrales en noches sin estrellas, de sonidos y palabras crucificadas, de seres que presencian su propio funeral. Cinco historias que son misterios, que cada uno debe descifrar o reconocer en su mísera cotidianidad. Historias narradas con voz grave, profunda, en ocasiones casi de ultratumba. Cinco canciones de las que me es imposible elegir favoritas, cinco canciones que conforman algo más que un disco, una axiomática, la axiomática del triángulo, la axiomática de la perfección.
Y todo esto envuelto en un sonido denso, opaco, opresivo, que refuerza la sensación de asistir a un culto secreto, el culto a la Doctrina Triangular, el culto a †††. Quien entra ya no sale.
En esta ocasión ††† fueron V.·., E.·. y M.·.
Raúl quiere que escuches Cuando En La Noche Se Ocultan Las Estrellas.
Alfredo quiere que escuches Veintitrés Leones Dorados Custodian Nuestro Templo.
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