Mira por donde en algún sitio leí que en la portada de este disco se reproducía una vulva a tamaño natural, pero que va, esto es más que tamaño natural. A la tremenda y bella portada, hay que añadir dos datos más. Uno, para poner el disco por primera vez tienes que apretarlo contra tu plato y así romper una pegatina que tapa el orificio, y dos, aunque ya lo sepan, el artífice de todo esto ha elegido como nombre de guerra Negro. Con esta información las conjeturas que puede hacerse cada uno sobre lo que va a encontrar en este disco son inescrutables, pero de lo que estoy casi seguro es de que ninguna será acertada. Ya lo dice el propio autor en las notas interiores, la portada ha sido elegida con el único propósito de ocultar el contenido del disco. Cuando la aguja se posa sobre los surcos del vinilo lo primero que escuchamos es una guitarra que va desgranando sus notas sin prisa. Es una larga pieza de quince minutos, que se deja oír con gusto y por momentos emociona. La cara A la completan dos temas más, La Sonrisa De Esther Vilar que crece impulsada por la batería y la más frenética Ferplay. Así, esta cara bascula con naturalidad entre el folk, el pop y el rock.
La cara B me gusta más, a temas que mantienen la tónica de la cara anterior, alejados del virtuosismo, abonados a la naturalidad y pespuntados por bonitas melodías, preciosa Craeyero # 3, se unen sorpresas como Cuando Los Pájaros Vinieron A Verme. Aquí la guitarra se vuelve loca, por momentos elude cualquier atisbo de melodía, en otros deja hueco a ruidos y rumores, y de repente encadena tres notas o acordes majestuosos. Seis minutos de puro goce. Y también está Gástricos Al Sol, una marea de ruido, en la que uno se pregunta "¿dónde ha ido a parar la guitarra?", que al final emerge, deliciosa, solo un momento.
El disco es instrumental y a la guitarra, a veces eléctrica, a veces acústica, la acompañan una batería, o un órgano, o un piano, o el ruido de papeles, pero nunca todo a la vez.
Negro es el proyecto personal de Fernando Junquera, que anteriormente formó parte de los míticos Balano, y también de Salchicha. En este disco lo acompañan Marcos Junquera, quien también estuvo en los grupos anteriormente nombrados; Alberto Montero, con un par de discos en solitario, y Juan Pedro Parras.
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