En 2010 Indigents dejaron un rosario de grabaciones abrumador, para completar su discografía, a estas hay que añadir otras fechadas en 2009, 2011 y 2012. Ya en este año apareció Abajo Se Está Mejor, que vino acompañada de rumores de que estaban de vuelta, aunque al final parece que todo quedó en una reunión puntual.
Esta es una de esas grabaciones de tan prolífico año, la única editada por for Noise's sake. Algo menos de treinta minutos de ruido espartano para estos parias de la improvisación, que sí, se ve que cuentan con algún aparato electrónico para la generación de ruidos, pero que también parece que utilizaron todo lo que tuvieron a mano para golpear, raspar, frotar, machacar y devastar su entorno.
Si los hermanos Sawyer, aquella entrañable familia que protagonizaba La Matanza De Texas, hubiesen encontrado refugio en una inhóspita cueva donde perpetuar su afición por el desmembramiento y alguien grabase sus quehaceres diarios de matarifes, este disco me temo que sería el resultado.
Golpes que se prolongan en reverberaciones sin que haya espacio para el silencio, chirridos, impactos metálicos y hasta momentos de cierta calma, las últimas voces de las víctimas que aún siguen vivas, las viejas maquinas de despiece funcionando a pleno rendimiento, pesadillas que se repiten y ese eco sórdido que ocupa el fondo de toda la grabación, que le da un aspecto oscuro, lúgubre, húmedo y sudoroso.
Sí, algo así es lo que hay, y se disfruta más escuchado a buen volumen.
Aunque este CD, presentado en funda de plástico y bolsa zip, no trae la más mínima información, por ahí se puede averiguar que Indigents fueron Stephane Kerandel y Hector O, ambos con tantos proyectos en sus manos que solo pensar en listarlos todos a continuación desanima. Investiguen ustedes.
Aquí un fragmento de esta factoría enferma.
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