No sé si será cierto eso que suelo escuchar a los actores cada vez que les toca hacer una comedia, afirmando que es el género mas complicado de hacer. En cambio, creo que no he oído nunca a un grupo recalcar lo difícil que es hacer buen pop, cuando a mi me parece una de las opciones más complicadas por las que se puede optar. Se corren muchos riesgos haciendo pop en el mundo independiente, las acusaciones pueden ser de todo tipo. De abrazar la comercialidad, de falta de originalidad, de quedarse en lo sensiblero, o por el otro lado, de ser pretendidamente arty, de tener un discurso vacío, de sobreactuar y... tantas cosas mas. Tampoco veo que el público lo valore mucho, este parece centrado únicamente en buscar su canción, y desdeñar todo lo que no lo conquiste a las primeras de cambio. En definitiva, es ingrato el camino del pop.Así que partimos de que Sundae son unos valientes. Unos valientes que llevan mucho tiempo buscando la melodía perfecta y la letra que te encoja el corazón, desde 2008 concretamente. Siete años ya intentando que sus historias personales, cotidianas, pequeñas, que van editando en reducidas dosis, toquen la fibra sensible y enamoren a quien las escuche. Conmigo lo consiguieron una vez, Todo En Un Día, estaba hecha para mi, eran postales de mi juventud, recuerdos que nunca se me olvidarán a los que ellos habían puesto música.
Pero esa canción no está aquí, aquí hay otras cuatro, construidas con el mismo cariño, y mimadas en sus detalles, pero parece que en un momento en el que en el grupo se imponía la nostalgia, la melancolía y el anhelo. Quizás este sea el motivo de que estas canciones no pretenden jugar la baza de la inmediatez, un poco la más luminosa Mil Canciones, sino que apuestan por la escucha atenta y la recompensa a largo plazo. Que la hay, la casi susurrada Mas Brillante sigue escalando posiciones en el ranking de mis imprescindibles con cada reproducción.
En esta grabación Sundae fueron Davis, Cris, José y María.
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