Recuerdo Pobre Tahur sonando en casa, salía en el recopilatorio navideño Monstruo Total que me trajeron los Reyes con 11 años. Recuerdo ver Tren De Medianoche en las tiendas de discos y lo mucho que me gustaba su portada. Recuerdo la semana cultural de mi instituto y el concierto de Tupelos, el grupo que tenían unos rockers que estudiaban allí, tocaron una versión de La Frontera, no recuerdo cuál, pero ellos la anunciaron: "Esta canción es de La Frontera". Recuerdo ver el vídeo de Cielo Del Sur un día por la mañana, antes de ir para el colegio, en casa de mi amigo Anibal. De alguna manera se puede decir que por aquella época, 1987 o 1988, La Frontera era mi grupo favorito de entre todos aquellos a los que nunca había escuchado con fundamento. Todo esto fue antes de Rosa De Los Vientos, el disco que incluía El Límite, y que hizo que todo el mundo supiese quién era La Frontera.
Compré el CD que los hizo famosos y su disco de debut en vinilo prácticamente a la vez, y de este último es del que vamos a hablar un poco hoy. Sobre el papel la cosa puede parecer demencial, doce canciones repletas de forajidos, rodeos, tahúres, venganzas, duelos, salones, sheriffs y demás tópicos del lejano oeste grabadas en Madrid en 1985. Canciones que difícilmente uno puede hacer suyas porque lo más cerca que ha estado de algo parecido es el momento de ponerse los vaqueros, al vestirse por la mañana.
Sin embargo, aun con toda mi racionalidad en su contra, estas disco sigue siendo para mis entrañas uno de los chutes de adrenalina mas poderosos que se ha grabado en este país. Y es que estas historias de finales del siglo XIX vienen todas maceradas en rock del bueno. Una buena tanda, Cuatro Rosas Estación, Vivo O Muerto, Pobre Tahúr, Rodeo Criminal y Viva Las Vegas, la única versión del disco, destilan energía y desenfreno punk, y apestan a hillbilly por los costados.
Lógicamente otras, como La Ley De La Horca, La Frontera, El Valle De Las Lágrimas y Duelo Al Sol traen aromas en los coros y bajos de las bandas sonoras que hizo Morricone para tantos western, aunque la magnifica La Puerta De Atrás Del Paraíso tiene más del Dylan que compuso la de Pat Garret And Billy The Kid.
El resultado es un disco buenísimo con el que, cada vez que lo pongo, no puedo evitar desgañitarme cantando cada canción ni que además me entren muchas ganas de darle un buen par de coces a lo primero que tenga a tiro. Todo esto a pesar de que lleva más de 25 años en las estanterías de casa, y yo he cambiado bastante. Eso sí, Rodeo Criminal, si me pilla cerca me la salto, nunca me gustó mucho su letra. Por lo demás, un estupendo compañero de vida casi desde que tengo uso de razón.
En este disco La Frontera fueron Juan Carlos Aured, Jose Battaglio, Tony Marmota, Javier Andreu y Quino Maqueda.
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