jueves, 21 de julio de 2022

Las canciones del 15 de junio al 2 de julio


Nueva lista para estos dos semanas, la primera mitad sí que nos ha salido veraniega, pero luego da la casualidad de que se impone el metal y sus derivados, cosas que pasan en casa. Casi 48 minutos de música para hacer más llevaderos estos calores...


01. Heldu Gerritik de Karidadeko Benta. Extraída de Amore Amore (Gaztelupeko Hotsak 2004)
Otro de esos cd’s comprado a un señor que vendía cientos de discos en euskera a precio amigo, recuerdo perfectamente como repasé las fotos que me mandó, viendo cuál era cada uno de los discos, buscando los nombres que no conocía, mirando los precios a los que se podían encontrar por ahí, y todas esas cosas que hacen los acumuladores como yo pero, por más vueltas que le doy, no consigo recordar que me hizo incluir este disco en el pedido.
Y la verdad es que una vez escuchado, no me arrepiento para nada de haberme hecho con esta grabación. Karidadeko Benta fue un grupo, o igual es mejor decir orquestina, que se formó en torno al bertsolari Jon Maia, conocido fuera del circuito de esta tradición vasca por su participación en el segundo disco de Negu Gorriak y haber hecho alguna letra para Soziedad Alkoholika. Aunque poco tiene que ver esto último con lo que escuchamos en este disco.
Aires de fiesta mayor, aromas de medio mundo y tradición popular traída al presente sin rastro de ska, reggae u otros ritmos tan trillados por las bandas que enarbolan el mestizaje como bandera. Lo que aquí suena tiene el encanto de lo pequeño, de lo personal, el sabor de viajes a lugares donde no van los turistas. Mejor nos iría si estos tipos sonasen en cualquier restaurante de nuestras avenidas marítimas en vez de un tío con teclados haciendo versiones de Lionel Richie. Y la que ellos se marcan del Take This Waltz de Cohen casi al final de disco es de mucha altura.
Toda una sorpresa, con minúsculas, no nos vamos a pasar, pero al fin y al cabo una feliz sorpresa que te alegra el día

02. Vampiro de Juan Rivas & Donatore Di Groove. Extraída de Mundo Feliz (Pop&Co 2007)
De estos discos que compras sin tener ni idea de quién es el que canta, si es que canta, ni a qué puede sonar. Por la portada me parecía que podía ser algo relacionado con la exótica y el easy listening, en la onda de lo que Subterfuge editaba en la serie Música Para Un Guateque Sideral, pero también me daba que podía ser una de esas maniobras de reconversión tipo Marc Parrot-El Chaval De La Peca que usan algunos músicos para acercarse a sonoridades que no encajarían en su faceta habitual.
Después de escucharlo e investigarlo hay más de lo primero que de lo segundo. Juan Rivas estuvo en Estereoceano, grupo que nunca escuché pero que siempre me pareció la maniobra de una multinacional por pescar en el rollo del indie. Este es ya el tercer disco a su nombre, primero en el que se asocia con Donatore Di Groove, banda que ya funcionaba por su cuenta dándole a lo latino y lo funk. La alianza, con profusión de vientos e invitados de lujo, Massiel, Nacho Mastretta, German Coppini, Nacho Novoa creo que no acaba de funcionar. Movidito, optimista, colorido pero algo falto de convicción, me parece… aunque Ana lo prefiere a casi todo lo que he puesto estos días.

03. Yo Quería Ser Español de Kiko Veneno. Extraída de Sombrero Roto (Altafonte / Elemúsica 2019)
Kiko Veneno llegó muy arriba con Échate Un Cantencito, pero tal y como ha sido una constante en su carrera, lo que vino después fue caída libre. Yo lo acompañé hasta Punta Paloma y ya lo abandoné a su suerte.
Las alarmas volvieron a saltar con este Sombrero Roto, según la prensa Kiko volvía a lo más alto, y esto, junto con la escasa oferta musical de la única tienda de discos de Fuerteventura hicieron el resto.
La edición en cd dentro de un libro lleno de collages y palabras es bien bonita, y la música sorprende. Estamos ante un Kiko Veneno del siglo XXI, atrevido sin caer en lo ridículo de querer parecer moderno, que ya tiene una edad, pero sin acomodarse ni intentar repetir idénticamente la receta de su éxito. Puede ser que la aparición en los créditos de Santi Bronquio, estos días muy aclamado por su reciente trabajo con Rocio Márquez, tenga que ver con qué todo funcione a nivel musical.
A nivel de letras, pues ya depende de cómo te coja, ya sabemos que Kiko con dos pinceladas y lenguaje popular puede ponerte los pelos de punta, pero también, que a veces no le funciona, y aquí pasa en alguna ocasión. Aún así, buen disco y valiente, veremos si sigue la racha, que me he comprado el de Hambre.

04. Me Voy de Karina. Extraída de Los EP’s Originales Vol. 1 (Hispavox 1996)
En 1963 se editaba el primer EP con el nombre de Karina en la portada, aunque ella ya había sacado alguna grabación al mercado con su verdadero nombre, Maribel Llaudés, un par de años antes. Parece que algo tuvo que ver el ínclito Torrebruno en el cambio de su nombre de pila por el nombre artístico con el que todos la conocemos.
Sin haber superado la mayoría de edad cuando salieron los primeros EP’s de los cinco que aquí se recopilan, en ocasiones su voz, todavía de niña y excesivamente aguda, se hace algo difícil de soportar. Pero hay otras ocasiones en que la frescura, el descaro y los músicos que la acompañan hacen de algunas de estas canciones piezas bien disfrutables, aunque en estas primerizas grabaciones no hay ninguna de las canciones que la han hecho conocida en todos los hogares de este país. De la canción ligera a los rudimentos del rocanrol en este país.
Veinte temas en una buena y rigurosa iniciativa de Hispavox, que también incluyó a otros artistas, y que servía para poner orden, para los que no vivimos aquella época o nunca fuimos muy entendidos, cuando todavía no estaba todo en internet.

05. Quan He D’anar-me’n de Bustamante. Extraída de Ciutat Magnètica (Picap 1992)
Julio Bustamante, casi toda una vida dedicada a la canción en la que en pocas veces le ha soplado el viento a favor. Solo con la edición de Entusiastas en 1998, cuando el indie empezaba a dejar paso a la fiebre por la americana parece que la prensa y un poco más de público se fijó en él, su folk mediterráneo podía encajar en lo que se empezaba a llevar. Después, hay que esperar a 2013, cuando las nuevas generaciones del pop, con Doble Pletina y Fred I Son a la cabeza, lo reivindican y se gesta un disco tributo que se regalará con un número del Rockdelux.
También es cierto que él nunca ha parecido muy preocupado por la dirección del viento y siempre se ha movido a su aire. En 1981 editaba Cambrers, considerado ahora parte de la Santísima Trinidad del pop valenciano junto con el Humitat Relativa de Remigi Palmero y el Brossa D’ahir de Pep Laguarda, pero en su tiempo era cosa de jipis trasnochados, que para eso la movida era lo que mandaba.
Después de Cambrers llegarían Cargo De Ti y Salón Fujiyama durante los 80 y se plantaba en los 90 con este Ciutat Magnètica, que hay que reconocer que también nos lo presenta un poco desubicado. El sonido del disco es un poco el de un rock para adultos que no acaba de cuajar, pero una vez que te acostumbras queda claro que tenía canciones, tantas y tan buenas como en Entusiastas, pero mal arregladas. Mejor cuánto más folk y peor cuánto más rock.

06. Pedrá (fragmento) de Extremoduro. Extraída de Pedrá (DRO 1995)
No sabía que este disco de Extremoduro hubiera suscitado tanta literatura en internet, hasta he encontrado un artículo celebrando su 25 aniversario en el que se le preguntaba a varios músicos sobre la impresión que les había causado la primera vez que lo habían escuchado y qué había supuesto en sus vidas. Fue divertido leer las respuestas, más sinceras de lo habitual… pues eso, el disco es muy divertido, pero tampoco es para instaurar el día de su edición como fiesta nacional.
A mi me gusta un cacho más que La Ley Innata, es más divertido, más cafre y está peor tocado, todavía ponían en sus grabaciones el sello de Rock Transgresivo. Lo que no entiendo bien es lo de los problemas que tuvieron para editarlo, y que en el libreto comenten que nadie se quería arriesgar a sacar una obra experimental. ¿De verdad? Si esto es puro Extremoduro de aquella época, todo seguido, en una única pista de media hora, pero con cambios tan acentuados que no cuesta mucho imaginarla como una secuencia de canciones al uso.
En definitiva, muy divertido y vigorizante, impulsiva locura de juventud sin coartadas intelectuales, esta es la mayor fortaleza de Pedrá.

07. Hazme Creer de Estirpe. Extraída de Ciencia (Avispa 2002)
Disco comprado por pura enfermedad, y también porque valdría un euro o poco más, y por supuesto sin tener ni la más remota idea de quienes eran estos Estirpe. En estos casos, después de unas cuantas escuchas, tengo como costumbre buscar algo de información del grupo, y resulta que son cordobeses y que este fue su tercer disco, aunque ya llevan siete u ocho publicados.
Cierto es que los caminos del metal más o menos clásico y épico no los solemos recorrer en casa y tampoco nos llegan a interesar mucho, y de después de los noventa menos todavía, y solo un viejo amigo me habla en ocasiones de las virtudes de grupos como Warcry o Tierra Santa, así que mi desconocimiento de Estirpe entra dentro de lo previsible.
En este disco Estirpe hacen eso que en su día se llamó nu metal, las críticas que se pueden encontrar por ahí, entiendo que de gente que sabe más que yo de esto, los ponen por las nubes. Incluso llegaron a editar sus siguientes discos con La Incubadora, una de esas maniobras de alma multinacional, en este caso Universal, y estética independiente para vender discos en todo lo ancho del espectro, pero a mi este Ciencia no me ha gustado, me resulta artificial y pretencioso, cuando estas cosas, para mi, deberían desprender rabia y más ganas de saltar y agitar la cabeza.

08. Deep State de Kabuto Jr. Extraída de Distressor (Zero 1999)
Lo primero que llama la atención del primer disco de Kabuto Jr. es su artwork. El cd viene envuelto en una faja de cartón piedra con impresión en relieve muy guapa, y al retirarla, la caja del cd totalmente transparente está serigrafiada, no hay portada ni contraportada, solo el cd y un insert que simula un prospecto de un medicamento, tanto en la forma en que está doblado como en la textura.
Parece que el grupo surge de la colaboración entre Manuel Seijo, que venía de Rebelde Rojito, y el productor Pablo Iglesias, que ha trabajado con Lagartija Nick, Niños Mutantes y La Habitación Roja entre otros.
En su día colaron uno de sus temas de este disco en la campaña televisiva de una compañía de telefonía móvil, se ve que no era la mía porque el tema en cuestión no me suena de nada, y también participaron en la banda sonora de la película School Killer protagonizada por Paul Naschy. Algo así como la receta de éxito made in Subterfuge en los años del indie, pero en el caso de Kabuto Jr. totalmente a destiempo y sin la más mínima repercusión.
Este primer disco suena a muchas cosas, recorren todo el espectro indie que podría ir de unos Australian Blonde un poco más enérgicos a los últimos Psilicon Flesh con apuntes electrónicos.
El que mucho abarca poco aprieta, decía mi madre.

09. Amor / Entierro de Moribundo y The Pit And The Pendulum de Judaswiege. Extraídas de Tetrarchia Ex Bestia (Negre PlanY / Blood Fire Death 2019)
Black metal, death metal y otras cosas de las que no tengo ni puta idea. Bueno, me he ido poniendo poco a poco, o más bien he ido conociendo nombres, con la ayuda de las Xtreem Cult Series de Xtreem Music, ese censo encuadernado compilado por Fredo A. de la Roza que es Total Virulence, y con alguna publicación en el facebook del señor que lleva La Muerte Tenía Un Blog. Con todo esto esto ya puedo decir que conozco cuáles fueron las bandas fundamentales en la irrupción a principios de los noventa de estos géneros en nuestro país.
Y por supuesto, ninguna de las cuatro bandas que aparecen en este cd compartido están entre las pioneras, ni este disco es una pieza clave en el devenir del género.
Pero para un novato como yo, que este Tetrarchia Ex Bestia sea un disco compartido, ayuda mucho a evitar esa sensación de que todo suena igual típica de quien no tiene el oído entrenado en estos menesteres, y lo convierte en un disco que a mi me resulta muy disfrutable y entretenido.
Abren Judaswiege a una velocidad endemoniada sonando oscuros en las voces y thrasheros en las guitarras. Les siguen Moribundo con un sonido algo más lento y oscuro, voz y guitarras enterrados entre teclados, creo, y lamentos apocalípticos.
Sonämbula, aunque empiezan coqueteando con un piano, suenan agresivos, voz en primer plano, guitarras de demolición y contundencia en la base rítmica. Cierran el disco Barbarian Swords con un sonido más denso, temas largos y pasajes de auténtico doom.

10. Tercer Movimiento. Lo De Dentro de Extremoduro. Extraída de La Ley Innata (DRO 2008)
Ver por la tele en plena adolescencia la actuación en Plastic de unos incipientes Extremoduro ya te hace cogerles cariño. Entre el tricornio, la jota que se marcaron y la pinta de advenedizos, pero poniendo sobre la mesa argumentos tan contundentes como Jesucristo García, el impacto fue tan fuerte como para que durante unos días fuese el tema de conversación y risas con los colegas.
Y ese cariño se lo guardé mucho tiempo, hasta Agila, más o menos, pero cuando llegó este La Ley Innata ya lo estaban esperando con muchas más ganas las masas enfervorecidas que un servidor. Y Robe no defraudó, creó una obra magna de eso que yo llamo música para los jóvenes ministros socialistas, con su punto canalla, sus violines, sus versos que ahora ya son poesía, su tralla, su calma, y su inconformismo. Hasta a mi me gusta un poco… y eso que yo no soy de música para ministros socialistas, pero, junto con el Clandestino de Manu Chao, esto es de lo mejorcito que ha parido el género. No sé si algún día me atreveré con sus discos en solitario…

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