Siguiendo la estela de los discos publicados desde los tiempos de Jr, y después del cambio de nombre por La Jr, parecía que el trío asturiano iba virando muy lentamente hacia un pop cada vez más agradecido para sus oyentes, aunque sin perder algunas de esas señas de identidad que los hacían distintos.
Pero resulta que para este 17 Animales, a la postre, su último disco, giran en redondo y vuelven a sus piezas-bocetos destartalados, llegando al extremo de que en algunos momentos parecen enfrascados en una suerte de música aleatoria minimalista y en otros pueden recordar a los Superelvis más salvajes pero con un saxo, tocado aquí por Andrés Arregui, en lugar de la armónica de Anki Toner.
A veces parece que se quedaron abiertos los micros del estudio mientras estaban colocando o moviendo los instrumentos, y en un par de ocasiones se explayan y alargan el tema entre ruidos, silencios, voces y lo que se les ocurra, pero la mayoría no pasan del minuto y medio o dos minutos. A primera vista, a cualquiera de ellos cuesta llamarlo canción.
Títulos en la portada, todo a su manera única de hacer la cosas. Sorprende, y se agradece, que Acuarela apostase por ellos una y otra vez, aunque igual operar desde este sello los alejó de su público natural. Despedida por todo lo extraño saliendo en volandas por la puerta de la libertad.
Descubiertas por un mandamás de RCA Victor mientras actuaban en un hotel de Fuerteventura, lo de Baccara tuvo que ser el sueño hecho realidad de cualquier obrero de la música. De actuar para turistas en Corralejo a irse a Alemania a grabar un disco, y de ahí a todo lo que se puede encontrar con un golpe de click: número 1 en Reino Unido, actuación en el Top Of The Pops de la BBC, 40 000 discos vendidos a diario…
Yes Sir, I Can Boogie tuvo la culpa, la canción que habían compuesto Frank Dostal y Rolf Soja llevaba una temporada metida en un cajón, y con Baccara vieron al dúo ideal para interpretarla. Pelotazo máximo y a por el álbum completo. El propio Soja produce y compone la mayoría de temas, hay hueco para una versión de Granada de Agustín Lara, para mí lo más flojo y sonrojante del disco, y para Can’t Help Falling In Love, que había interpretado anteriormente Elvis Presley.
Disco divertido, para las pistas de baile de la vieja Europa, que ilustra a la perfección aquella época en que nuestros paisanos veían con asombro, estupefacción y cierta lujuria los primeros top-less en nuestras playas, igual de sensuales, evocadoras e incluso escandalosas debían de sonarles estas canciones.
Tremendo título y maravillosa portada para ilustrarlo, rara vez me parece que se da esta potente conjunción, que hace volar la imaginación de lo que uno puede encontrar en los surcos de un disco. Desde hace muchísimos años tenía en mente comprármelo, aunque siempre con alguna duda porque no soy mucho de flamenco. Pero llegó el día y no me arrepiento en absoluto.
Narración y cante para dejar constancia de la persecución que sufrió el pueblo romaní entre los siglos XV y XVIII en la Península Ibérica. Voz neutra, presentando datos objetivos de Félix Grande, y pasión y rabia en los cantes de El Lebrijano.
Me recuerda a mi infancia, cuando un grupo de gitanos todavía venían a mi barrio e instalaban su campamento en el descampado de debajo de casa… y saltaban todas las alarmas en las conversaciones de los vecinos, incluidos mis padres. Incomprendidos y señalados, sobre 1985 poco o nada había cambiado en la mentalidad de los sedentarios. El disco, crudo y emocionante como pocos.
Con toda seguridad, es Enrique Morente el artista flamenco del que más discos tengo en casa, y la culpa no la tiene Omega, que ya lo había escuchado y que me gustaba mucho. La culpa fue de mi primo, que en algún momento del comienzo de este siglo, cuando José Mercé con Aire y Diego “El Cigala” con Lágrimas Negras se convirtieron en súper ventas, a él le dio por escuchar flamenco. Me prestaba discos, y cuando lo veía me ponía canciones que a mí por lo general ni fu ni fa, hasta que un día acertó. Fue con Estrella, el tema que abría Despegando, y entonces sí que me puse a indagar en la obra de don Enrique.
Y una cosa lleva a la otra, y al final, pues hasta un par de discos de su hija mayor me he comprado por ninguno de Soleá.
Este fue su debut, lanzado justo en el momento antes señalado en el que el flamenco triunfaba en las listas de ventas, y se ve que había intención de que fuese un éxito. Los Ketama tocan y hacen palmas, también aparecen las guitarras de dos insignes como Manolo Sanlucar y Pepe Habichuela, y según reza el libreto, los cantes y textos fueron seleccionados por su padre. No sé si lo consiguieron, pero entre todo lo que hay en el disco yo me quedo con la emocionante A Pastora, la única letra de la propia Estrella, que canta solo acompañada a la guitarra por un tal Alfredo Lagos. Igual no hacían falta tantos neones, o artificios, o triquiñuelas, o como quieran llamarlo para petarlo.
Corazón De Tiza sonó hasta la náusea en 1990, igual que La Culpa Fue Del Cha-Cha-Chá, más alto no se podía llegar, al menos en lo que a exposición mediática se refiere. Todo lo que vendría después solo podía ser cuesta abajo, y Radio Futura decidió ahorrarse la agonía.
Tras su disolución, los 3 miembros fijos emprendieron carrera en solitario. Me gustó mucho el de Luis Auserón, pero el estreno de su hermano Santiago bajo el alias de Juan Perro me decepcionó tanto que nunca más, hasta que hace poco me puse con este, había escuchado una canción del proyecto de manera voluntaria.
Este es su tercer disco, diez canciones que nos llevan a tiempos y lugares en los que solo se usaban los zapatos para ir a misa los domingos, y por supuesto, todo recreando los ritmos que hacían furor en el momento, pero pasado por el tamiz del rock. En general, normalito, parece que para encontrar mejores discos de Juan Perro hay que acercarse más al presente.
En 2007 El Guincho hizo que todas las miradas se dirigiesen a Barcelona, editaba Alegranza en el pequeño sello Discoteca Océano y de inmediato fichaba por la discográfica inglesa Young Turks, que reeditaba y lanzaba el disco para todo el planeta. Luego llegaron giras mundiales, más tarde colaboraciones con Rosalía y ahora mismo ni idea en lo que anda. Pero antes de todo eso, Pablo Díaz-Reixa era ya un músico inquieto bien conocido en el underground barcelonés.
Quizás esto último propició su participación en el primer disco de Extraperlo, en el que mete percusiones y toma parte en la producción, pero su fulgurante ascenso en ese mismo año, sin duda ayudó a que este Desayuno Continental tuviese mayor difusión.
Extraperlo suenan aquí como un cruce moderno entre Ciudad Jardín y Claustrofobia, entre tropicales y oscuros, ideales para ser la orquesta de un resort vudú de cinco estrellas en el corazón de Haití.
Comprado por pura desesperacion. Todos los años en verano acudo a un pueblo del sur de Tenerife a pasar unos días. Allí subsiste una tienda de segunda mano de cd’s, dvd’s y juegos para consolas que siempre visito. Mi optimismo innato me hace ir con la idea de que, esta vez sí, voy a encontrar algún cd que me haga inmensamente feliz, y año tras año me encuentro con los mismos artículos cada vez más descoloridos y poco o nada que haya hecho que merezca la pena el desplazamiento hasta allí. Pero me niego a aceptar la realidad, me autoengaño, y siempre cargo con algo.
Hace un par de años fue este cd de los valencianos Euro-Trash Girl, que me sonaban que habían participado en el tercer disco de Siwel, del que también fueron compañeros de sello. Como lo que había escuchado de Siwel me gustaba mucho, y a falta de pan, este cd fue el elegido.
Y lo que se escucha me recuerda mucho a Maddening Flames, como si entre sus dos discos hubiesen grabado este, y así hubiesen dejado un registro del camino que les llevó del indie a la americana. La voz no tiene nada que envidiarle a la de Muni y las canciones son bonitas, pero no muy memorables.
Grabado en directo en el casi mítico Blues Bar de La Laguna, creo que esta es la única huella sonora que dejó esta banda a lo largo de su trayectoria.
Lo primero que choca es que tratándose de una grabación en vivo hayan decidido separar las pistas del cd-r con silencio entre ellas… igual no fue una decisión premeditada, sino que les salió así. Pero si a esto sumamos un vocalista que parece ser que su vocación es participar en el Club De La Comedia, que se alarga a la hora de presentar las canciones y que en esta actuación está en su salsa, al final resulta que estás en un constante coitus interruptus que impide el disfrute de lo que yo venía a oir, que era la música. El guitarra parece que se toma algo más en serio, con una actitud más nihilista, lo de destruir la música y reivindicar el punk mongolo que practican. Curioso, pero poco más.
No conocía de nada a Algara hasta que me acerqué al primer Kaos En La Finca, organizado por Hermano Mono y el Colectivo Fos. Tres bandas de Tenerife y tres de Barcelona se reunieron en la isla para hacernos pasar una velada de punk como ya no me acordaba. Eskolopendra, Akelarre, Algara, Tensö, Irreal y Lumpen se salieron, y yo corrí a comprar algunos discos en el lugar destinado para tal fin.
Ya con el grupo en el punto de mira, hace unas semanas me pude hacer con esta cinta editada un par de años atrás, grabación de transición entre el primer single del grupo, cuando eran un dúo de electro punk con caja de ritmos, y su disco grande, ya como cuarteto. En la cara A regraban las 4 canciones de su debut en formato banda, y en la B presentaban 4 canciones nuevas que servían de adelanto de su LP.
Buenos textos, punk rabioso, algo oscuro, que conserva, cosa que se agradece, algún toque de lo que hacían en sus inicios, con, ademas, un guiño u homenaje a Eskorbuto en el tema que cierra la grabación. Muy guapo.
Juan Carlos Pérez, el que fuera líder de Itoiz, lleva una larga carrera en solitario. Parece que ya compaginó la etapa final del grupo con la composición de bandas sonoras para televisión, y que una vez finiquitado definitivamente el grupo, durante unos años esta fue su actividad principal.
El primer álbum de canciones a su nombre apareció en 1994, pero antes vio la luz este Bitacora Cahiera, recopilación de bandas sonoras creadas po él, y que de manera sorpresiva editaba Esan Ozenki en 1992, con un contenido muy lejos del material que solía poner en circulación el sello. De hecho este doble cd no tardó en desaparecer de su catálogo, no tengo ni idea cuál fue el motivo, y contó con una nueva edición algo posterior en Elkar.
Aquí se reúnen, en algo más de dos horas, trabajos datados desde 1984 hasta 1992, en el que las circunstancias de cada trabajo mandan, mostrando la gran versatilidad de Pérez, que según lo requiera la obra se atreve con la electrónica, los sonidos étnicos, las interpretaciones a piano y lo que considere necesario. A mí, sin tener acceso a las imágenes para las que se crearon, los que más me gustan son los momentos en que utiliza sonidos sintetizados para La Aventura Humana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario