Tercer disco de la trilogía de la destrucción, de la desintegración y de la travesía por el desierto de Lagartija Nick. Antonio Arias sigue al frente, pero a la altura del anterior, de título Lagartija Nick, ya no quedaba nadie más de la formación inicial.
Para este Ulterior es cierto que vuelve temporalmente M.A.R. Pareja, y el grupo queda construido por los bajos de Antonio y Lorena Enjuto, la guitarra de Pareja y la batería de David Fernández. Tendrán que pasar unos cuantos años más para ver otra vez al completo a la formación inicial dentro de la disciplina del grupo.
Quizás sea este el disco de Lagartija Nick que menos me gusta, no así su portada, que me fascina. Con sus dinámicas en las que la dualidad calma-metal brutal no acaban de funcionar y una voz que no parece tener el empuje y vehemencia de antaño, sino que se filtra entre la música como un conjuro algo siniestro, salvo en los estribillos, yo no encuentro mucho en este disco a lo que agarrarme. Tampoco en las letras, que parecen plegarse sobre sí mismas en continua repetición.
Siendo, como son, uno de los más grandes de este país, y salvando un poco las distancias, a mí me gusta ver este disco, y los dos anteriores, como reflejos de esas salidas de tono que han tenido otros grandes, importándoles muy poco su público y lo que venían haciendo. Me refiero a discos como Trans en el que Neil Young abrazó el vocoder y los sintetizadores, o el Metal Machine Music de Lou Reed. ¿Desviaciones, perversiones, visiones, necesidades o pasos en falso?
Ruido De Rabia son quizás una de las bandas más queridas y admiradas por todos aquellos que seguían los sonidos más extremos que surgieron en Euskadi al calor del punk pero alejados de todo el montaje en que se fue convirtiendo aquello del Rock Radikal Vasco.
El final de la banda puede datarse sobre 1995 ya que aunque su último concierto fue el año anterior, parece que los intentos por continuar con el grupo se alargaron hasta el mencionado año.
Unos años después, en 1999, Shanti Manterola y Jorge Sanz, voz y bajista de Ruido De Rabia respectivamente, se reúnen con Iker López e Iñaki Alberdi para dar forma a Lobo Eléctrico. Iñaki pronto deja paso a Lander Zabalza en la batería y así, transmutados en Mr. Magma, Perrolobo, Conde Eléctrico y Capitán Sarraceno comienzan a acumular seguidores en sus conciertos a los que denominan Noches de Esperma Negro.
En 2004 graban un single y posteriormente este, su primer largo, con la ayuda en los controles de Carlos Osinaga de Lisabö. Desde la primera escucha quedé convencido de que estamos ante un grupo, o por lo menos un disco, con sus propios códigos, para fanáticos, donde el oyente tiene que dejar cualquier atisbo de racionalidad al ponerse a escucharlo, y solo dejarse sacudir por la fuerza, la personalidad y lo límites a los que llevan su rock psicodélico y garagero. Pocas veces se encuentran estas cosas en un disco, absolutamente imperfecto, absolutamente demoledor, vale la pena buscar y escuchar el disco completo, toda una experiencia.
Franc3s igual tuvieron mala suerte, con su primer disco Triángulo De Amor Bizarro hicieron que muchas miradas se dirigiesen hacia Galicia, y allí estaban nuestros protagonistas empezando su andadura. Con gusto por los títulos epatantes y las guitarras furiosas, ya estaba todo perdido, quedaban señalados oficialmente, aunque las críticas siempre fueron buenas, como los segundones a la sombra del Triángulo.
Tampoco encontraron su sitio entre lo más underground que nos venía de aquellas tierras, aquí el faro eran Telephones Rouges, y no aparecieron en el ya mítico primer volumen de Galician Bizarre, donde sí estuvieron Srasrsra, Cu De Vaso, Novedades Carminha e Indómitos entre otros.
Yo mismo, que nunca los había escuchado hasta hace poco, afronté las primeras escuchas de este disco pensando en escuchar algo similar, o en la onda, de Triángulo De Amor Bizarro, y claro, como la cosa no va tanto de eso, salí algo decepcionado.
Pero una vez sobrellevada la ligera decepción fue el momento de empezar a disfrutar de la personalidad de Franc3s y su primer disco, ruidosos a ratos, esqueléticos, nerviosos, primitivos, con cierto empuje juvenil, sin pretender llenarlo todo y con buenas mañas para las melodías, las sucesivas escuchas van dejando un poso que felicidad y excitación. Además, ya que aparece en esta misma lista lo menciono, producido por Fino Oyonarte. Todo son ventajas.
Juraría que fueron La Habitación Roja los que dieron el pistoletazo de salida, sin darse cuenta ni quererlo, de ese sonido que luego se fue extendiendo, diversificando y transformando, y que dio lugar a eso que ahora se llama el indie mainstream y que tantos disgustos me da. Bueno, en cierta manera creo que ellos fueron los que hicieron ver a todos los agentes de la industria discográfica y publicitaria que existía un público pureta, moderno y festivalero que necesitaban más de lo mismo, y de ahí a tener que tragarnos a Viva Suecia, Izal o Vetusta Morla en el telediario fue solo un suspiro. Manel también tuvieron parte de culpa en todo esto.
Cierto es que los discos de casi todos los grupos que ahora podríamos catalogar en ese cajón de sastre, por prinicipios, no entran por la puerta de mi casa, aunque ha habido alguna excepción, como es el caso de León Benavente, grupo liderado por Abraham Boba. Porque al final soy un blando, y en su día me compré el primer disco de Belmonde, la aventura que compartió hace ya mucho tiempo Abraham con Jesús Sáez, antes de que este último ocupase la batería en Polar y también tengo algún disco de Abraham en solitario y también me gusta que haya estado en la banda de Nacho Vegas, así que sí corresponde comprar algún disco de León Benavente.
Y es como que esta gente ha dado con la tecla de hacer canciones río, como algo épicas, medio narradas, como en su día hacían El Hombre Burbuja, y como mucho antes hicieron 713avo Amor, pero las de estos últimos no eran autorizadas para todos los públicos. Pero a lo que vamos, que los León Benavente han dado con la manera de hacer canciones entretenidas y contagiosa, agradables a la escucha y que le dejan a uno con una media sonrisa de satisfacción. Es lo que hay, se entiende su éxito.
El día que en Barcelona aparecieron Mujeres y Els Surfing Sirles los críticos se levantaron con el pie derecho y decidieron que el garage-punk otra vez molaba y era divertido y que había que celebrarlo, y que incluso se podía hablar de una nueva escena de garage en la ciudad. En el mismo saco también se podía meter a Fuckin’ Bollocks, que debutaban en 2010 con All Good Things, aunque ya llevaban cinco años pululando por los escenarios de la ciudad condal y alrededores repartiendo ruido energético y maldades.
El segundo disco, Congo Tapes, que parece que se movía en las mismas coordenadas que el anterior, llegó un año más tarde, y su edición les llevó incluso a girar con The Black Lips. De todo esto, yo en su día ni me enteré, ya que apenas estaba un poco pendiente de lo que hacían Mujeres por haberles comprado el single que les editó Discos Humeantes antes de que su popularidad subiese como la espuma. Y no fue hasta hace poco, que al hacer un pedido a BCore me metieron este tercer disco de los Fuckin’ de regalo, cuando me enteré que existían y que tenían un pasado.
Pero un pasado que, por lo investigado, no se corresponde con lo que aquí suena. Porque en este disco hay velocidad y actitud punk, pero llevado a un amplio espectro de sonidos en el que podemos saborear americana, psicodelia de los sesenta, guitarras acústicas y eléctricas cruzándose, estribillos beodos, melodías pegadizas y bastante sentido del humor, pudiendo en ocasiones recordar a los Uncle Tupelo más eléctricos, aunque también se descuelgan por ahí con algún tema más bucólico.
Buena despedida, ya que después de este disco, que yo sepa, no volvieron a entrar en el estudio de grabación.
Cuarto y último Ep editado por el Dúo Dinámico en 1960, sexto de su trayectoria global y ya con la maquinaria industrial funcionando a tope.
Alguién debió pensar que el remake de la película Botón De Ancla, realizada originalmente en 1948 por Ramón Torrado y protagonizada por Fernando Fernán Gómez, era la ocasión ideal para que el dúo debutase en la gran pantalla. Justo andaban haciendo la mili en Zaragoza cuando surge la idea, y consiguen el permiso necesario para rodar la nueva versión a las órdenes de Miguel Lluch al ser esta declarada por el Régimen “de interés nacional”, con lo que imagino que la película será un panfleto-comedia a mayor gloria de los soldaditos españoles.
En este Ep, el primero en que todas las composiciones son de Manolo y Ramón, se recogen tres temas que aparecían en la película y su famosísimo Quince Años Tiene Mi Amor, que no lo hacía, y que abre la cara A. La completa Guardiamarina Soy, con una letra que da un poco de grima, con esas chicas que caen rendidas ante los uniformes. Mejor la cara B en el que es para mí su disco más flojo con diferencia de los que he oído hasta el momento.
Conocimos a Fino Oyonarte como bajista de Los Enemigos y después como productor de los primeros discos de Los Planetas, Lagartija Nick y Los Del-Tonos, casi nada.
Luego también llegó Clovis y Los Eterno, y más producciones, y más con Los Enemigos, pero Fino nunca había acabado de decidirse a dar un paso al frente y publicar algún disco a su nombre. Tuvo que llegar un infarto y ponerlo contra las cuerdas para que tomase la determinación, fruto de la cual llegó este Sueños Y Tormentos.
Y con este disco entra en mi selecto club de No Tan Secundarios, en el que ya habitaban Joaquin Pascual de Surfin’ Bichos y Diego Vasallo de Duncan Dhu, músicos que no eran los líderes de su grupo, pero que desde que comenzaron su carrera en solitario me han dado más alegrias que los que eran cabeza más visible de esos proyectos, y es que en el caso de Los Enemigos, los discos que he oído de Josele Santiago en solitario nunca me han llegado a apasionar.
En cambio Fino se estrena con un disco sincero y sencillo de guitarras acústicas y piano, maravillosamente arreglado con cuerdas y otros detalles que hacen que siga sonando sencillo y sincero, y cercano, y natural. Un disco que es amor, es casa, es familia y es vida. La única pega, es que igual le falta algún sobresalto.
El festival Contempopránea comenzó a realizarse en 1996 en Alburquerque, municipio de Badajoz, y poco a poco fue encontrando su hueco entre la infinidad que se celebran en nuestro estado, a base de apostar mayoritariamente por el indie pop nacional.
A partir de 2005, año en que se cumple su décima edición, acompaña al festival un concurso de maquetas cuyos ganadores obtienen plaza en el cartel del festival, y que se convierte en un escaparate en el que picotean la mayoría de discográficas independientes del país para buscar futuros lanzamientos, además de editarse un cd con canciones de los veintitantos mejores clasificados.
En 2009 ganan los tarraconenses Febrero y quedan terceros los sevillanos Lentejas Los Viernes, ya habían quedado sextos el año anterior. El sello debutante Starsky Records se encargará de su estreno discográfico en el mismo 2009, y al año siguiente hará lo propio con Febrero, y con el cd recopilatorio del concurso de maquetas de la edición de 2010.
Este es el citado estreno de Lentejas Los Viernes, que a la postre sería su único disco grande, aunque editaron algunos Ep’s más antes de desaparecer. Un disco de pop correcto sin grandes sorpresas ni grandes alegrias, con algo de gracia, hay ciertas reminiscencias chinarristas en las letras, y con algún tema que podía ponerlos en la órbita del mainstream. Así, a las primeras escuchas, nada del otro viernes…
Ahora ya todos nos sabemos lo de La Insidia, El Joven Lagarto y su reconversión en Family hacia 1991, pero en verdad, fueron Fangoria los que pusieron sobre aviso al mundo al llevárselos de teloneros e invitarlos a participar en uno de los flexis que editaba su club de fans.
Luego, para colmo, se los llevaron a sus estudios Vulcano y grabaron este disco en abril de 1993 con la producción de Rodrigo Silva Ramos, un señor que no se ha prodigado mucho en producciones de este tipo, y el propio grupo.
Según algunos el resultado de esta operación dio lugar al mejor disco hecho en este país durante la década de los noventa y una de las cimas del pop español de todos los tiempos. No estoy yo del todo de acuerdo con esto, pero es innegable la cantidad de imitadores que surgieron, y que no llegaron ni tan siquiera a acercarse a lo aquí conseguido, después de la edición de este disco.
Cuando se editó, me lo prestaron y lo que más me impresionó fue el tacto especial del libreto del cd, que era de un cartoncillo bien distinto al que se solía utilizar en la época. El disco no me levantó grandes pasiones, aunque un par de años después tuve una época en que lo escuché bastante.
Recientemente lo compré de segunda mano, por que sí es cierto que no puede faltar en la colección de alguien que pone todo su empeño en documentar y acaparar música hecha en este país.
Al fin y al cabo, explica una época y muchos discos de pop electrónico que llegaron en los años siguientes. ¿Histórico?, sin duda, ¿de lo mejor hecho en este país?, dentro de su estilo, sin duda también, pero en general, para mí es mucho decir.
Lemon^Fly fueron otra de las apuestas en firme de Fangoria, creados en 1994 en Sevilla como un quinteto, tres años más tarde, ya eran el dúo que han sido durante casi toda su trayectoria. Debutaron discográficamente en 1998 con Vital, un disco que venía acreditado a Lemon^Fly + Fangoria, en el que encontrábamos cinco canciones interpretadas por los sevillanos y tres por ambas formaciones, aparte de los preceptivos remixes. Recuerdo que a mí no me acabó nunca de convencer y hace mil años que no lo escucho.
En su siguiente disco, Síndorme De Peter Pan, volvieron a contar con la ayuda de Alaska. Lo editaron en el año 2000 y yo lo compré en 2013 de segunda mano y me gustó bastante. Esta es la razón de que haya vuelto a probar suerte con ellos y me haya decidido a hacerme con este Lemondrama, que en su día solo podía conseguirse a través de su web. Drástico cambio para su tercer disco, sobre todo después de que el anterior lo editaron con el respaldo y medios de una multinacional, que parece ser que enseguida perdió el interés por ellos.
En este Lemondrama destaca la cantidad de colaboraciones con que cuentan a lo largo del disco, que van desde Jet 7, alter ego de Nacho Canut, hasta los indie-punk-rockers de Amphetamine Discharge, pasando por los canarios Freud Detroit, entre muchos otros. También se deja sentir la devoción de los sevillanos por el universo Dinarama, con emotivo recuerdo a Carlos Berlanga en Carlos y la mensión al grupo en Mi Vida Es un Drama, aunque también me parece a mí que hay un guiño consciente a Esplendor Geométrico en En Un O.V.N.I. Azul. Lo segundo es
Doce temas más seis remezclas, mira que yo no soy muy amigo de estas cosas, que en un par de ocasiones superan a las originales. En conjunto, tecno-pop de tendencia sentimental por encima de la media.
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