Estamos de vuelta, creo que definitivamente vamos a cambiar nuestro día de publicación al domingo, manteniendo la periodicidad de hacerlo cada dos semanas. A parte de este pequeño cambio, poco más.
Esta semana traemos el Ep que cocinaron a cuatro manos Anari y Petti, el trabajo que compartieron Atomizador y Prisma En Llamas, la tercera maqueta de Le Pianc, grupo que siempre me enamoró un poquito. Luego tenemos el surf de Los Twangs y Los Tiki Phantoms en sus correspondientes debuts, el cuarto disco de Los Flechazos, un Ep del Dúo Dinámico editado en Venezuela a modo de recopilación de éxitos y el segundo volumen de las Grabaciones Olvdadas de Calamaro. Cerramos con el rescate de las grabaciones de Chute De Esperma y el segundo disco largo de los zaragozanos Gothic Sex. Ya saben, denle al play e impregnense de todo esto...
Metak tomó el relevo de la desaparecida Esan Ozenki y continuó trabajando con casi todas las bandas que habían editado en el sello de Fermin Muguruza y compañía.
No tardó la nueva discográfica en estrenar las Pil-Pil Sessions, de las que se llegaron a editar cinco referencias, en las que tuvieron cabida proyectos colaborativos, algunos más experimentales y con nombre propio para la ocasión, Amodio y -gailu, y otros presentados como la suma de nombres anteriormente conocidos. Lisabö hizo hueco en su disco a los franceses Experience, a Akauzazte y a Carlos Desastre entre otros, mientras que Sen compartieron disco con Hendrik Roever, y Anari hacia lo propio con Petti, en el Ep de cuatro canciones que hemos estado reescuchando estos dias.
Aunque ya tenía tres disco en su haber, en aquel 2003, Petti era para mí un completo desconocido, y desgraciadamente, aún a día de hoy es muy raro que sus discos trasciendan más allá del ámbito de Euskal Herria.
En este Ep cada uno aporta dos temas de su autoría, pero los interpretan juntos, voz y guitarras, acompañados por una banda en la que figuran Joseba Irazoki y Maite Arroitajauregui, que todavía no habían empezado sus respectivas aventuras personales.
A pesar de tanto talento concentrado, el disco me parece que no acaba de funcionar, es lo que tiene a veces el riesgo.
Entiendo que, al menos desde principio de siglo, a Pablo Prisma y Jose Atomizador les ha unido una amistad que ha ido dejando su impronta en una serie de proyectos que han proporcionado importantes alegrias a quien les ha hecho caso.
Nombres que casi nadie conocerá como Smoking Room o Silence In Music, otros que recibieron algo más de atención como Bicicross y Campamento Ñec Ñec, y otros ineludibles, y que deberías preocuparte si no conoces, como Ensaladilla Rusa los tuvieron como participantes o protagonistas, a veces juntos y otras por separado, pero casi siempre con algún nexo que los unía.
Llegado 2012, Pablo llevaba un par de años funcionando junto a Hugo Sierra, que venía de tocar en Margarita, con el nombre de Prisma En Llamas, aunque en esta grabación cuentan con Rubén Pesquera como tercer miembro, mientras que Jose ya estaba metido de lleno en su proyecto personal, Atomizador.
Sellos amigos y los propios grupos aúnan esfuerzos para editar y compartir este vinilo de 12” a 45 rpm con una cara y una portada para cada proyecto. Atomizador vuelve a grabar siete temas, versión de Dicks incluida, con el mismo modus operandi de aquellos años, rabiosa y alegre locura frenética cuando voces que mutan, se pisan y tararean a gritos llevan la canción, ya sea con guitarra o ukelele, y belleza clásica cuando se aplica con la guitarra y no canta, tan solo en una ocasión esta vez. Los ingredientes que solía usar por aquella época dando resultados que no dejan de sorprender.
Prisma En Llamas aportan cuatro canciones de pop extraño, de voces tirando a graves y tiempos reposados, en el que se deja ver algo de lo ya puesto en práctica con Bicicross en las percusiones. Suenan así entre tropicales y oscuros, como le pasaba un poco a Golpes Bajos, aunque también me recuerda a lo perpetrado en el primer disco de Extraperlo. Demasiado exigente y muy poco evidente para tiempos de escucha rápida, vale la pena hacer el esfuerzo.
Pequeña banda multitudinaria de Barcelona que debido a esta circunstancia, y a la portada de su segundo ep, Ophelia's Thought, siempre he asociado con los galeses Belle & Sebastian. Se dieron a conocer en 2004, y yo los conocí un poco más tarde, hacia 2007, cuando el sello que ellos mismos habían creado para editar sus trabajos comenzaba a hacer hueco a otros artistas.
Esta grabación la podemos considerar su tercera maqueta, aunque ya concebida de una manera algo más profesional que las dos anteriores, o al menos, con algo más de mimo y cuidando más los detalles de la edición, se agradece.
El contenido, siete canciones-miniaturas de pop saltarín y alegre, casi todas por debajo de los dos minutos de duración. Pequeñas píldoras de felicidad dicharachera y cierta extravagancia, en constante mutación, en las que merece la pena detenerse unas cuantas veces. Siempre me ha parecido que tenían algo que los hacía especiales, un giro que no te esperas, un estribillo que te engancha. Grupo a recuperar sin duda en estos tiempos de masiva oferta musical.
Por donde quiera que mires Los Relámpagos y Los Pekenikes figuran como los grupos más importantes en la introducción y popularización de la música surf en nuestro país allá por los sesenta, y como de Melopea y su disco Surf Y Rock And Roll de 1988 nadie se acuerda, además de tirar hacia el rock and roll, digamos que fue a mediados de los noventa cuando Los Coronas dieron el pistoletazo de salida al revival de este estilo, vertiente garagera, que llega hasta nuestros días, a la vez que consiguieron incluir las olas y la espuma en el menú degustación de la parroquia indie.
Unos diez años después llegaron el debut de Los Twangs y el de Los Tiki Phantoms, ambos conscientes de que sumergirse en el estilo pedía algo de excentricidad, los primeros apostaron por elegantes trajes, pajaritas y sombreros de leopardo en forma de cono truncado, de esos que parece que en Indonesia y alrededores llaman songkok, mientras que los segundos apostaron por las máscaras de esqueleto para su puesta en escena. Los Twangs editaron en Bazofia Records, sello de su Zaragoza natal más asociado al punk, al hardcore y al puro gamberrismo, mientras Los Tiki lo hicieron en el emporio BCore, lo que sin duda ayudó a ponerlos en la primera fila de la actualidad musical con su debut.
Independientemente de la suerte que hayan corrido ambos discos en su día, Los Twangs nos trajeron una propuesta más abierta, con más puntos de fuga, intercalando temas instrumentales y cantados, garage, rock and roll y surf, mientras que Los Tiki Phantoms parecen más fieles al estilo, con apenas algún toque western por aquí y un temita más reposado por allá, lo que hace que para mi el disco de Los Twangs, aunque algo más irregular, también contenga los mejores momentos de ambas grabaciones, y que en conjunto, su escucha me haya resultado más satisfactoria.
En cualquier caso, el entretenimiento está garantizado y, como los días de playa en verano, ambas propuestas se agradecen y refrescan. Lo de decidir donde está la ola perfecta ya es cuestión del gusto de cada uno.
Cuarto disco de Los Flechazos que no recuerdo haber visto nunca en una tienda de discos. A finales de los ochenta y principios de los noventa era frecuente encontrar en las cubetas de vinilos sus tres primeros discos, pero de la existencia de este no me enteré hasta hace relativamente poco tiempo. Yo me enganché a Los Flechazos, o al menos reconocí su magisterio pop, con su disco en directo de 1993, el primero que compré y escuché de ellos más o menos cuando salió al mercado.
Y hará unos tres años fue cuando reparé en que había bastantes temas en el disco en directo que no estaban en ninguno de sus tres primeros trabajos. Fred Finley, Go-Go Girl, La Casa Del Reloj, Vuelvo A Casa, Tengo Miedo, A Toda Velocidad... eran muchas canciones, y algunas muy buenas, para estrenarlas en un disco en directo. Y ahí descubrí que existía este En Acción!
Así, de las 11 canciones de este En Acción! seis ya las tenía más que controladas y me gustaban, por lo que por poco que añadiesen las que me resultaban nuevas, estaba claro que este disco me iba a hacer feliz.
Himnos de cabezonería y orgullo mod, experiencias lisérgicas, angustia vital y desamor, todo a ritmo de pop inflamado con los teclados de Elena y con guitarras que apuntan ligeramente hacia el garage. Power pop para mover las caderas frenéticamente.
También fue el dúo dinámico pionero en el asalto al mercado hispanoamericano en lo que a pop hecho en este país se refiere, o así lo indica su web, pero todos sabemos que lo de los músicos españoles, una vez se le queda pequeña nuestra península, yendo a hacer las Américas es más viejo que carracuca.
Mi madre siempre decía lo de los baúles de la Piquer.
Y claro, las giras debían ir acompañadas de discos para los nuevos mercados que visitaban, como es el caso de esta edición venezolana de 1962 que recupera uno de los temas del que era su más reciente EP por aquel entonces, y otras tres de lanzamientos anteriores, retrocediendo hasta 1959 para rescatar Recordándote, pero con una selección que apuesta por la canción ligera y se aleja de sus temas más pop y rock.
Después de la separación de Los Rodríguez, no hice ningún caso a Alta Suciedad ni a lo de “flaca no me claves tus puñales…”
Bueno, en verdad tampoco había hecho mucho casa a la etapa final de Los Rodríguez, tenía él Buena Suerte y el Disco Pirata, y aunque al principio me alegró su éxito con Sin Documentos, creo que llegué a aborrecerla de tanto escucharla por ahí, de fiesta, pinchada antes o después del Chiquilla de Seguridad Social.
Así que después de aquella rumba, para mí Los Rodríguez habían pasado a mejor vida, y lo máximo que hice por ellos fue grabarme en cinta sus siguientes discos para curiosearlos.
Pero llegó el año 1999 y con él, Honestidad Brutal, y había una letra de Corcobado y todo el mundo se quitaba el sombrero y yo fui a una tienda y me lo compré, y entonces, después de escucharlo, también me quité el sombrero y a todo el mundo se lo ponía y le decía lo bueno que era, y tantas veces lo dije, que un día mi amigo David, cuando me subía a su coche, me dijo, toma, y alargando su brazo me tendió este Grabaciones Encontradas (Dos) que llevaba unos cuantos años pululando por los cajones de serie media de las grandes superficies, ¡que me tienes frito con el puto Calamaro!
Y bueno, pues esto es una colección de grabaciones, muchos experimentos y algunas canciones, fechadas entre 1984 y 1994. Algunas con bandas, otras con Calamaro a solas, algo así como un preludio de lo que se avecinaba con El Salmón. Muy desequilibrado, algunos aciertos y mucho relleno solo apto para muy muy completistas.
Quizás estamos ante uno de los rescates ochenteros más esperado por toda la parroquia de adoradores y coleccionistas de punk.
La cosa se ha hecho de rogar, pero el resultado y el mimo puesto en la edición ha hecho que la espera haya valido la pena. El esfuerzo gráfico y de información que acompaña la edición del disco se hace evidente nada más tener este artículo entre las manos.
Chute De Esperma apenas existieron durate un par de años, 1987 y 1988, y tan solo dejaron grabadas dos maquetas, pero algo debieron hacer bien, aparte de la acertadísima elección de su nombre de batalla, ya que su recuerdo se ha mantenido vivo hasta nuestros días y el interés por sus canciones ha traspasado ampliamente nuestras fronteras.
Parece que el presente ha querido imitar al pasado en lo concerniente al rescate del material asociado a la banda. Si en el año 1985 cinco amigas editaban el fanzine Paginas Anarkillas como remedio contra el aburrimiento y un par de años después, tres de ellas formaban Chute De Esperma, ahora, el año 2020 nos trajo la reedición del fanzine, y un par de años después, mas o menos, llegó el turno para sus canciones en el disco que nos traemos hoy entre manos.
Cada cara del disco para una de las maquetas que grabaron, el sonido obtenido de las viejas grabaciones aguanta el tipo, aunque es claramente mejor el de la maqueta grabada en 1987 por Manolo El Makina que el de la del año siguiente, grabada por Txetxo Baucells. Quizás este haya sido uno de los motivos para no haber recuperado en su totalidad la segunda grabación, que al parecer rondaba los veinte temas y que repetía algunos temas de la primera. El material completo en un cd que acompañase a este vinilo hubiese sido la bomba.
En lo musical bien, punk de la época que sigue sonando a lo que tiene que sonar el punk, a ganas, a rabia, a desesperación, a descontento, a escándalo y a cero profesionalización.
Uno de los grupos que me producía mucha curiosidad cuando era joven pero del que nunca me decidí a comprar ninguno de sus discos porque no estaba la cosa, monetariamente hablando, para correr riesgos y llevarme una mierda a casa, eran Gothic Sex. En las tiendas que frecuentaba solía toparme con Ritual Mortis, cd que compartían con Los Humillados, y un poco más tarde el Divided We Fall con esa portada tan horrorosa que tiene.
Hace relativamente poco me compré este Moonrise para matar por fin el gusanillo. Y aquí estamos, ante un disco de metal gótico editado por el sello alemán Ausfahrt, país donde parece que habían alcanzado cierto reconocimiento.
Dando gran importancia a la imagen y moviéndose entre la épica y el lamento, la rabia y el horror, guitarras y teclados crean ambientes oscuros pero dinámicos, nada de repeticiones mortecinas, que tratan de enfatizar con una voz que va del recitado a la grandilocuencia del que narra grandes gestas de siglos pasados que ya tienen aura de leyenda.
Aprovechan también este Moonrise, segundo disco completo a su nombre, para rescatar el tema que abría su primer single de 1989, El Frenesí, que nos devuelven a la vida cantado en inglés y en dos versiones distintas.
Al final el disco se deja oír, aunque uno ya no tiene edad para sobrecogerse con estas cosas, y algo no me debe cuadrar del todo cuando el tema que más me gusta puede que sea el menos representativo del sonido general de esta colección de canciones.
Aún así me quedo con ganas de escuchar sus trabajos anteriores, porque hay algo un poco malsano en este grupo.
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