Nueva serie de canciones extraídas de los discos que nos acompañaron en el tránsito del año pasado a este. En general todo bastante recomendable, lo que menos me ha gustado es el tercer disco de Granada y el enésimo Ep del Dúo Dinámico, del que sigo hablando porque el proposito de este blog es ir poniendo una canción de todos y cada uno de los discos que hay en casa, me gusten más o menos, advierto que del Dúo todavía me quedan unos cuantos. Ni frio ni calor con la propuesta de Chapando Bares, aunque tal y como está el panorama, más punkis necesita este país. Bien todo lo demás, Andrés Calamaro con su Honestidad Brutal, disco de cabecera cuando era más joven y enamoradizo, y emoción en las obras de Lullavy y Lucius works Here que les traemos. Los Ginkas nos traen una bomba de alegría y la cinta compartida entre Cernícalo y Baña sensaciones bárbaras. También funciona el pop de Los Ingenieros Alemanes, sin hacer nada nuevo, hacen bien lo que hacen. Y cada vez más encantado con las sucesivas escuchas del Atrivm Mvsicae.
Ahora es el momento de darle al play y disfrutar...
Ishak Benavides debe ser conocido por todos los coleccionistas de discos como uno de los fundadores de la tienda y sello discográfico de Barcelona Wah Wah Records. Persona inquieta, en 2018 creo la radio online Tesla FM, plataforma de difusión imprescindible para quien se quiera acercar a la música experimental y el arte sonoro tanto presente como pasado.
Yo lo conocí gracias a Un Mapa En El Alma, el primer disco que editó bajo el paraguas de Foehn Records, y fueron ellos los que tuvieron a bien hacerme llegar esta grabación previa, que si no me equivoco, fue la primera que salió acreditada a Lucius Works Here, su proyecto personal con el que empezó a trastear en 2004 y que sigue vivo a día de hoy. Previamente, desde 1997 fue uno de los Dj's que formó parte del colectivo Las Diyei-esas.
Según aparece en los créditos, las piezas de este primer trabajo fueron grabados entre 2004 y 2006, por lo que parece que su autor se tomó su tiempo para darlas a conocer. Sea como fuere, su edición es todo un acierto, un pequeño regalo para oídos inquietos. Ya saben como son estas cosas de mezclar grabaciones de campo, samplers y sonido generado por los propios músicos. La mayoría de las veces el resultado es una escucha agradable que no consigue ni atrapar ni anclarse en el recuerdo, a lo sumo transmitir una cierta placidez cuando no, cierto aburrimiento. Todos estos peligros los sortean las cuatro piezas aquí presentes, delicadas pero consistentes, que tienen la capacidad de trasladarme lejos de las cuatro paredes que me suelen rodear cuando uno escucha música sin necesidad de cerrar los ojos.
Entre 2011 y 2013 existió un pequeño sello en Barcelona que editó, que yo sepa, tan solo cuatro referencias, todas en formato mini cd, que se llamaba Death To Everyone Records. Por lo que suena en esos cuatro pequeños objetos me imagino que el nombre lo tomaron de la canción de Will Oldham, de igual titulo, que apareció en el primer disco a nombre de Bonnie “Prince” Billy.
De cada mini cd se hicieron 50 copias, y la intención era que cada uno de ellos trajera dos canciones, aunque el de Moondawn al final incluyó tres.
El sello se estrenó con los sevillanos Im A Dive y la segunda referencia fue esta de Lullaby, grupo y proyecto en solitario, según la ocasión, de Saúl Ibáñez, que ya había registrado cuatro canciones bajo ese mismo alias unos años antes con la ayuda de Cris Romero en los aspectos técnicos.
Para la ocasión Lullavy registran dos versiones, Mil Espejos de Nudozurdo, una de las mejores canciones del segundo disco de los madrileños, y seguramente de su repertorio, y Alarma Nuclear de los sevillanos Sundae y banda en la que militaba el mencionado Romero por aquel entonces.
Tan solo con su guitarra, Saúl lleva las dos canciones a su terreno y consigue que suenen emocionantes, haciendo que sea imposible no cogerle cariño a este delicado artilugio.
Otro de los focos de atención mas estimulantes que surgieron a finales de la primera década de este siglo fue la propuesta que nos trajo bajo el brazo el colectivo Aplasta Tus Gafas De Pasta. Programa de radio, blog y sello discográfico, se calificaban como colectivo de defensa de la cultura popular frente a la tendencia y la gentrificación generalizada en el mundo de la música independiente.
Discográficamente se estrenaron en 2007 con un recopilatorio en el que daban sus primeros pasos tanto propuestas pop tan variadas como La Bien Querida, Gúdar y Los Marcianos, como proyectos ruidosos, Pier y The Murders In The Rue Morgue, además del personalísimo hip hop de Garbanzo.
La referencia número 12 del sello nos trajo el Ep de debut de Los Ingenieros Alemanes, este Burgomaestre, después de un par de maquetas caseras. Se habían formado en 2006 y desde entonces fueron ganando presencia en el underground de la capital del reino, llegando en 2010, después de la edición de este cd, a participar en el festival sobre cultura española Spain NOW!, celebrado en Londres, junto a Klaus&kinski.
Y aquí tenemos seis canciones pop que no rehusan a las marañas de guitarras y teclados, que las alargan y las hacen crecer de manera más que eficiente, aunque sobrevuele la sombra de Mercromina en algunos momentos. El toque más oscuro y marcial de El Infierno Verde la hace destacar entre el resto.
El impacto total, por una vez totalmente de acuerdo con el veredicto del Rockdelux, mejor disco nacional del año. Y es que por aquella época el amor me llevaba desde hacía largo tiempo por los caminos de la amargura, y en este disco estabamos yo y todos mis padeceres perfectamente identificados.
Él traía su propia mochila, el éxito desmedido de su anterior disco en solitario, Alta Suciedad, lo que me imagino que le dio libertad de cara a que su compañía discográfica no pusiese muchas trabas para este trabajo, y la ruptura reciente con su pareja, lo que creo que actuó de catalizador para que surgieran canciones por doquier, me suena que se ha hablado hasta de cien canciones grabadas mientras se preparaba el disco.
Al final pasaron la criba treinta y siete, tantas como años tenía Calamaro cuando se publicó el disco, grabadas en un total de 12 estudios diferentes entre New York, Miami, Madrid y Buenos Aires. Lo que más sorprende del disco es el alto nivel de casi todas las composiciones, digámoslo ya, aunque el personaje ahora no nos resulte del todo simpático. En su día, no sé ni cuántas millones de veces lo escuché.
Ahora igual me sobran más canciones, rondarán la decena las que en estas escuchas recientes me sobran, pero las que desde el principio me parecieron los mayores aciertos siguen conmoviendo, y divirtiendo, como entonces, muy grandes El Día De La Mujer Mundial, Maradona, Son Las Nueve, Paloma, Victoria Y Soledad, Mi Propia Trampa, No Son Horas y Las Heridas. Y en medio, un batallón de canciones que casi en cualquier otro disco de rock, incluso del propio Calamaro, brillarían sobremanera, y que aquí funcionan como sustento a la espera de que aparezca la siguiente genialidad.
Pamplona, principios de siglo. Bananas deciden crear su propio sello, Gram Acciones 13, en el que aparte de sus dos primeros 10” editaban el maravilloso single Girando A 33 Vueltas Por Minuto con canciones de TCR, Los Muebles, Hello Cuca y los propios Bananas. Consiguieron llamar la atención con un sonido que tanto podía gustar a los seguidores del sello Alehop! como a los del sello Spicnic.
En Bananas estaban German Carrascosa y Miguel Sádaba, que es a quien vamos a seguir la pista. Este último, además de en Bananas, durante la primera década de este siglo también tocó con Incrucificables, que editaron un Lp a medias con Hello Cuca en 2006, y en Karatekas, con unos cuantos singles y un 10" editados entre 2007 y 2013.
Y fue en 2009 cuando junto a algunos compinches de Incrucificables y Karatekas, y la compañía a las voces de Las Kasettes, es decir Maier Gin y Edurne Kas, se embarcan en la aventura de Los Ginkas. En 2010 se presentaron en sociedad con esta maqueta en cd-r que aunque entierra sus raíces en el rock and roll primitivo, por actitud, temática, acabado pop y elección de versiones pone a Los Ginkas ya totalmente en la órbita del sonido del sello Spicnic.
Cinco canciones, más intro y despedida, en apenas diez o doce minutos, con versiones de Astrogirls y de los hijos de Rocio Dúrcal, y un cuidado y jovial diseño, obra de Luis Paadin, que desde su debut se convirtió en sello de fábrica.
Frescos, divertidos y resultones… con este artefacto ocasionaron un pequeño revuelo a escala underground.
Decimocuarto Ep del Dúo Dinámico editado para el mercado nacional y tercero de los seis que editó en el año 1962. Auque en verdad, uno de ellos fue la reedición de su segundo Ep de 1959, por lo que solo fueron cinco los que traían canciones nuevas. Si echamos cuentas estamos hablando de cincuenta y dos canciones grabadas en algo menos de tres años.
Por lo que he leído por ahí, la industria ya tenía todo medido y los lanzamientos del Dúo, pensados para su uso en los guateques, llevaban dos caras bien diferenciadas, que ya sabemos lo incomodo que es escuchar la música en singles cuando quieres estar también a otra cosa. Por un lado las lentas, en este caso Quiero y Ya Tiene Diecisiete Años, y por el otro las de bailar sueltos.
La cara A es insufrible con la balada Quiero, silbidos incluidos, y esa pretendida continuación de su éxito Quince Años Tiene Mi Amor que ya ha cumplido los diecisiete. La cara B es otro cantar con su Lolita Twist, que suena divertida y con cierta garra, y con la única versión del disco Hallo Mari Lou. Dada a conocer por Ricky Nelson, el Dúo la interpreta con solvencia y ciertos aires country bien llevados, además de ser una de las pocas veces en toda la trayectoria del grupo que Ramón lleva la voz cantante.
Nacido en 1944, la leyenda dice que Gregorio Paniagua abandonó la carrera de medicina y dejó la especialidad de violonchelista cuando le faltaba poco para acabar para dedicarse por completo al estudio de los códices y manuscritos musicales antiguos. En 1964 funda el Atrivm Mvsicae de Madrid, del que ejerce como director desde entonces.
Sus primeros discos datan de 1968, grabaciones junto a la Capilla Musical Y Escolanía De Santa Cruz Del Valle De Los Caídos, una con las Cantigas de Santa Maria compuestas por Adolfo X, y otra con música catalana anterior al siglo XV. Y así siguieron unos cuantos años más.
Pero parece ser que unos años después el Atrivm necesitaba diversión, y a mediados de los setenta encaran una serie de grabaciones donde combinan la erudición con el esparcimiento.
Este Mvsica Ivcvnda pertenece a esa etapa, que quizás junto con los discos Codex Gluteo y Tarentule-Tarantelle podría formar una hipotética trilogía solaz de este ensamble musical.
Quizás con melodías algo más calmadas que lo que uno creía de antemano que podría encontrarse en su interior cuando en la contraportada del disco hablan de las obras más regocijantes de su repertorio, la música que aquí suena es de la que reconcilia cuerpo y alma.
Tercer y último disco de Granada, donde ya solo permanece Carlos Cárcamo como único componente original del grupo. Los cambios de formación a lo largo de sus tres discos fueron constantes y para esta última referencia sorprende encontrar el nombre de Carlos Basso a la guitarra, que no es otro que Carlos García Vaso, mitad de Azul Y Negro unos años después. En la batería se sienta Antonio Rodríguez, conocido por haber sido parte de Smash y Goma, y al bajo está Julio Blasco, después músico de sesión con muchas horas de vuelo. También se incorporó a esta formación Joaquín Blanco a la gaita, que luego formaría parte de grupos más apegados al folk como Doa y Labanda. Carlos Cárcamo, como siempre, se ocupó de todos los teclados que se le pusieron por delante y de la flauta.
Aunque Carlos había participado un año antes en el disco que grabó Diego De Morón, y que a mi me parece el mejor disco hecho en los setenta en este pais, al menos entre los que yo he escuchado, no llegó igual de inspirado para el tercer largo de su banda.
Enteramente instrumental, las largas canciones van dando bandazos entre el rock, el folk asturiano, el acercamiento a elementos andaluces, los mantras de teclados, virtuosismos varios y aportaciones orquestales, con lo que queda todo algo desdibujado, a pesar de tener momentos increibles de inusitada fuerza y otros que suenan bien bonitos.
Lo mejor las declaraciones del propio Carlos Cárcamo cuando hablaba de la disolución del grupo: "El grupo se disuelve cuando empiezo a pasarme con las drogas. Me esnifé los pianos y los sintetizadores y todo se fue al carajo".
Open Your Mind fue una distribuidora de Gran Canaria con gusto por el stoner, el doom, el metal avanzado y similares, que creo que ya no funciona. A finales de 2015 decidió dar el paso y adentrarse también en los arriesgados caminos de la edición, estrenándose con dos cintas de cassette en las que cabían tres bandas de la isla. Una fue para Nada Hawk, titulada Electric Funeral For The Kids, y otra compartida entre Cernícalo y Baña, con el escueto título de Split.
Esta última es la que hemos estado escuchando en casa estos días, con una bonita y misteriosa portada sin acreditar que yo juraría, aun a riesgo de equivocarme, que es de Chris Tadeo, o al menos me recuerda a lo poco que he podido ver de sus creaciones. Sea como sea, no está de más aprovechar la ocasión para reivindicar la obra de este artista, fotógrafo y militante fanzinero que nos dejó demasiado pronto.
De las dos bandas, que compartían miembro, Dani Fleitas pulsaba el bajo en Baña y la batería en Cernícalo, poca información hay disponible. Baña desaparecieron poco después de publicada esta cinta, mientras que Cernícalo anunciaban la grabación de un disco completo en los estudios La Caterva a finales de ese mismo año del que nunca más se supo.
Una pena, porque las propuestas de las dos bandas eran interesantes. Cernícalo, en formato cuarteto, con unos teclados que aparecen para dar un aire psicodélico a su amasijo de electricidad y golpes, se extienden en dos largos temas de contundente tensión. Baña, dúo de batería y bajo, por su parte, suenan agresivos, cambiantes, llegan al caos sónico y también transitan la calma. A veces el peso lo lleva la batería y el bajo emite un sucio acople, otras son solo las cuatro cuerdas las que nos golpean. De cualquier forma, el todo funciona. Lo dicho, una pena que desaparecieran sin dejar rastro.
En este país hubo punk antes y hubo punk distinto, pero el que prendió la llama por todos los barrios del estado, el que alegró las fiestas de verano de todos los pueblos y el que hizo cantar consignas antigubernamentales a muchos que nunca las pusieron en práctica ni creían en ellas fue el que asumió las enseñanzas de la deriva rockera que tomó el punk de Euskadi a finales de los ochenta.
Luego, cada uno iba personalizando la receta, añadiendo algo de la gracia de Extremoduro, o abriendo el abanico a las guitarras inculcadas por Leño, Los Suaves o Barricada según el gusto, o metiendo un ska por ahí o una armónica por allá.
Chapando Bares surgieron en Cádiz en la primera mitad de los noventa, que yo sepa editaron al menos una maqueta y después este disco con el sello vallekano Potencial Hardcore, aunque por ahí he leído que fueron un total de tres los discos editados. Parece que fueron bastante populares en su ciudad natal y alrededores, y en los diez años que existieron como grupo tocaron por casi todo el estado.
Se agradece, a pesar del nombre, que en este disco no hagan gala de excesos alcohólicos y demás temática fiestera que para mí siempre lastra este tipo de música, y que se apliquen contra la propia industria musical, la tauromaquia, la religión y la tradiciones más rancias de esta sociedad, que ya sabemos el peso que tienen en Andalucía. Aún así, escuchándolos ahora por primera vez, me parece que los logros de este disco van parejos a la notoriedad que alcanzaron en su día y al recuerdo que han dejado. Unos de tantos que pasaron su juventud bramando contra el rodillo capitalista que nos aplasta y fagocita una y otra vez. Ojala hubiésemos sido más y ojala lo hubiésemos hecho de otra manera.
Anunciaron su vuelta a las hostilidades en 2007, pero creo que la cosa quedó en poco más que una anécdota.
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