Nuevas canciones de los discos que nos acompañaron durante el fin de las vacaciones de Navidad. Poco pop, apenás un Ep de Gúdar, y el disco de rescate de viejas grabaciones que se autoeditaron los mallorquines La Búsqueda. También están por aquí las psicofonías noisecore de Chochos Y Moscas extraídas de sus cintas Vol1 y Vol3, los experimentos sónicos de Les Yeux Sans Visage y Lattume Muto, el rock sinfónico de Gotic y el progresivo de Grupo Salvaje. Volvemos a traer por aquí al Atrium Musicae De Madrid y para mí, lo mejor del lote, la maqueta Los Temas Rechazados de Chococrispis.
Ya saben, denle al play que seguro que aparece algo que no los horroriza.
Después de una maqueta autoeditada en 1991 que los sitúa como pioneros del death metal en este país, su segunda grabación ya ve la luz en Drowned Productions, sello también pionero en apostar por el género dentro de nuestras fronteras.
La leyenda cuenta que los temas que iban a conformar el siguiente trabajo de los valencianos, grabados en 1993, no gustaron en el sello, que los rechazó y decidió no editarlos. La banda se había ido alejando de su sonido primigenio y ampliaba la paleta de influencias a otros derivados del metal que no tardarían en ser algo más aceptados por el público.
Me imagino que habrán sido temas como Pendulum, Autumn o No, By The Way los que no debían encajabar dentro de la línea editorial del sello, pero lo que aquí suena es tan bueno, que igual la gente de Drowned tenía que haberse planteado crear otra etiqueta para dar salida a esto. Al final lo hizo Soroll, un par de años después de su grabación creo.
Acorde con los cambios que estaba sufriendo el metal a principio de los noventa, con bandas como Helmet, Melvins o Rage Against The Machine dándole sopapos al género, Los Temas Rechazados presentan nueve canciones donde no olvidan sus orígenes, pero sí los enturbian con punk, aquello que empezaba a llamarse metal alternativo, e incluso me atrevería a decir que hay algo de Joy Division en la mencionada Autumn.
Grabación histórica.
03. Me He Hecho Todos Los Mundos Del Super Mario World de Chochos Y Moscas. Extraída de Vol3 (Newborn Porn Prodz 2015)
Desde Cádiz noisecore con mucho cachondeo y nada de extrañas filias patológicas ni secreciones purulentas. Humor relativamente cafre pero sin necesidad de poner estómagos del revés, nada de imágenes que hagan retirar la vista ni títulos que se recrean en lo más desagradable. Si muchas de las bandas que se acercan actualemente a este estilo fuesen Nekromantic de Jörg Buttgereit, Chochos Y Moscas serían Yo Hice A Roque III, no sé si me explico.
Veinticinco canciones por cada volumen, despachado cada uno de ellos en menos de cinco minutos. Exabruptos de ruido, en el volumen 1 en ocasiones se intuye que la voz trata de berrear el título de cada tema, cosa completamente imposible en el volumen 3, donde suena totalmente deformada.
Cuando se despistan se puede captar algún instante de pericia instrumental, pero enseguida le ponen remedio y todo vuelve a ser un breve amasijo de ruido inmisericorde.
Ambos volúmenes están grabados sobre cintas viejas recicladas, así que en mi caso, después de escuchar el Vol1 puedo disfrutar de la zarzuela La Duquesa Del Bal Tabarín, y después del Vol3, del recopilatorio Especial Conductor con hits como Amigo Camionero, Dominguero y El Rey De La Carretera. En fin, música para toda la familia.
No entiendo como no compré en su día el Vol2, ahora es imposible de conseguir.
Entre 2009 y 2012 existió en Barcelona el colectivo Detakon, paraguas bajo el que se agrupaban propuestas como las de The Murders In The Rue Morgue y Les Yeux Sans Visage, por nombrar solo a las dos que conozco y de las que tengo alguna grabación por casa.
Comenzaron sus actividades casi como sello discográfico, lanzando algún Cd-r y alguna cinta, aunque su intención era ampliar su espectro operativo al campo del material audiovisual e impreso. No sé si llegaron a poder hacerla realidad, de lo que sí hay constancia es de que organizaron algunas fiestas-concierto con un plantel de bandas más que solvente.
Hermanados de alguna manera con el hiperactivo sello madrileño for Noise’s sake, fue este el que puso en circulación Este Hastío, primera referencia de Les Yeux Sans Visage. Ocho temas muy libres y apuntando en muchas direcciones por lo que en ocasiones podríamos hablar de rock cubista y fragmentado, disonancias, percusiones do it yourself y voces cacofónicas, en otras de ruido de fondo tapizado por la repetición de notas aleatorias de algún instrumento, y en otras de tensión, ruido y melodía, igual recordando un poco a lo que hacían Camino Al Desván.
Más tarde tradujeron su nombre, pasaron a llamarse Ojos Sin Rostro y tenían un segundo trabajo preparado bajo el título Europa No Lo Reconocerá, que dudo si llegó a ver la luz.
Entre 2008 y 2011 no sé si Rafa Juristo habrá tenido algún momento de descanso. Tras multitud de alias en solitario, e involucrado también en un importante número de proyectos conjuntos, puede ser que durante esos años haya despachado más de cien grabaciones de diversa índole, puede incluso que me quede corto en el número.
Siempre apostando por la incomodidad sónica, Lattume Muto es el nombre bajo el que decidieron editar él y el italiano Pietro La Rocca el fruto que surgió de su puntual colaboración por correo.
Comienzan ruidistas con Lechuga Ruidosa, para luego pasar a una serie de manipulaciones sonoras, Molino No Agua puede recordar a los trabajos de Diseño Corbusier, en las que entran en juego voces, instrumentos de cuerda y de viento, también pueden recordar a Superelvis después de la marcha de Anki Toner en Licendio Di Biserta, ruiditos diversos, repeticiones incómodas… Elementos con los que crean un tapiz de abstracción y exploración sonora cuya escucha resulta más agradable de lo que nos tenía acostumbrados con la mayoría de sus grabaciones, dentro de los parámetros de confrontación con el oyente, insisto, que suele manejar Rafa.
New age brutalista o música para los ascensores del futuro que nos mostraba Terry Gilliam en 12 Monos.
Después de haber debutado discográficamente en 2008 con un Ep para el sello Aplasta Tus Gafas De Pasta, y con el disco Grabaciones Varias, Varias Grabaciones, en el que recopilaban temas registrados en diversas sesiones de grabación, al año siguiente regresaban con este Ep en el que volvían a enarbolar la que por aquel entonces era su canción fetiche, la infalible Una Flor En La Solapa. Un poco como hicieron Surfin’ Bichos con Gente Abollada cuando se estaban dando a conocer, que también apareció en tres versiones diferentes en sus tres primeras referencias.
Como la de los albaceteños, la canción resiste cualquier acometida, y aquí, con mayor fuerza instrumental, queda estupenda. Además se marcan otro hit desganado marca de la casa con El Indie Nacional. Las otras dos canciones que completan el disco, Las Perras y Retorno, no son tan redondas, pero tengamos en cuenta que son los primeros pasos de una de las bandas de pop más interesantes que ha dado este país en lo que va de siglo.
En activo desde 1985, los mallorquines La Búsqueda llamaron la atención desde su primer disco. Corresponden a ese selecto conjunto de grupos que allá por la mitad de los ochenta decidieron dar esquinazo a las influencias anglosajonas imperantes, o al menos rebozarlas con sonoridades más cercanas, ya fuesen latinas, mediterráneas o folclóricas según sea el caso, dando a luz a algunos de las obras más exquisitos del cambio de década. En este selecto grupo estarían bandas de marcada personalidad como Mestizos, Los Coyotes, Malevaje y La Búsqueda, aunque poco después serían otros los que se llevasen, con sus trucos baratos para hacerlo accesible al gran público, los laureles del mestizaje.
Después de dos discos que les dieron cierta fama en Francia, prestigio e inmejorables críticas, y algunos conciertos fuera de nuestras fronteras, el tercero, más escorado hacia el rock, supuso un frenazo a su carrera. Creo que desde entonces decidieron tomárselo de otra manera. Su siguiente disco, Los Peregrinos, tardaría diez años en llegar, y desde ese 2004, su silencio discográfico solo se vio roto en 2013 con la publicación doméstica de este Maquetas, Rarezas Y Otras Malezas.
No me atrevería a decir que la banda no sigue en activo, seguro que la música todavía corre por sus venas, y a su lider, Xisco Albéniz, lo hemos podido ver cantando junto a Urtain en el reciente disco en directo de estos últimos. Igual cualquier día se descuelga con un trabajo a su nombre.
En Maquetas, Rarezas Y Otras Malezas nos encontramos con diez temas registrados entre 1986 y 2002, aunque la gran mayoría pertenecen al periodo que va de 1994 a 1999. Buen hacer y canciones impregnadas de los aromas que traen las costas del Mare Nostrum. Esto no debería ser una despedida.
Cual paleontólogos o arqueólogos que reconstruyen una realidad del pasado a partir de unos pocos indicios encontrados, el Atrium Musicae De Madrid devuelve a la vida melodías del pasado, basándose en lo que aparece en antiguos códices, pero también construyendo o restaurando los instrumentos que se utilizaban en aquellas épocas, tratando de recrear cómo sonarían estas piezas unos cuantos siglos atrás, cuando fueron creadas.
Pero al igual que para completar el esqueleto de un gigantesco dinosaurio hay que añadir alguna pieza actual, el señor Gregorio Paniagua se imbuye del sonido de estas canciones y no duda en aportar alguna composición propia a esta colección de tarantelas.
Sí, tarantelas, música concebida en la Edad Media para el baile frenético, cortas melodías con dos partes bien diferenciadas, una en modo mayor y otra en modo menor, que se tocaban cada vez más rápido. En algunos lugares del sur de Italia se pensaba que esta danza espantaba la locura que producía la picadura de la llamada araña lobo o tarántula.
Como en todos sus discos, todo esto viene bien explicado en los textos que lo acompañan, ya saben: Atrium Musicae De Madrid, ilustrándonos y divirtiendo, a veces, al menos desde 1968.
Aquí estamos, según los expertos, ante otro de los totems del progresivo-sinfónico hecho en este estado en la época dorada del género. Los catalanes sólo llegaron a publicar este disco, pero dejaron otro medio terminado que fue rescatado en 2016.
Agradable escucha, predominio de flautas y teclados, acercamientos al folclore mediterráneo, toques de jazz, batería y percusiones en segundo plano, ribetes de música clásica y poca guitarra eléctrica. Aires festivos en algún tema pero se imponen los momentos de placidez en la escucha.
A favor, que consiguen sonar bonitos, elegantes e interesantes, no aburren, de hecho me sorprende que entre mis favoritas estén los diez minutos de Historia D’una Gota D’aigua.
En contra, lo de siempre, igual producto de no muchas escuchas, no llegan a apasionarme, se quedan en agradables y disfrutables, pero como casi siempre en estos casos, los mejores momentos se diluyen entre cambios a tutiplén, y eso que no abusan de alargar el minutaje de los temas hasta la extenuación.
En definitiva, puede que sea cierto que estemos ante uno de los mejores disco de rock sinfónico melancólico despachados por aquí.
Hablar de los devaneos progresivos del rock hecho en Canarias en los setenta, obviando a los Canarios de Teddy Bautista, es sumergirse en un mundo en el que historia y leyenda parecen mezclarse sin quedar a veces claro donde termina una cosa y comienza la otra.
Si uno busca, van apareciendo nombres como Stu And Drak, Guaca, The Family Ghost And The Speed Fire, Rubicón, Fire Explosion, Armonic’s Group, United, Grupo Salvaje y Roundabout, y los que los oyeron hablan de largas improvisaciones, de fusionar jazz y y rock al estilo de Smash o Máquina, pero de todo aquello apenas se conservan algunos registros.
Por eso discos como este, a pesar de la deficiente calidad del sonido, deben ser motivo de celebración. Media hora de música en directo a cargo de Grupo Salvaje, registrado según se indica en la portada en 1976, en el que interpretan dos largos temas. Fayna Blues y Tajaraste De La Libertad, que debe documentar uno de los primeros choques entre el rock y el folclore canario.
Tan necesario como duro de escuchar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario