Mira por donde este disco lo tenía todo para triunfar a lo grande, grande, como lo hizo Dover, o exagerando un poco, Nirvana. Muchas de sus canciones no hubiesen hecho ni menguar nuestros saltos, ni nuestros punteos en aquellas sesiones del Barock en que sonaban Offspring, Green Day, Nirvana, AC/DC (que siempre quedan bien), Los Suaves, NoFX, Red Hot Chilli Peppers y Rage Against The Machine. Claro, que yo estaba dando esos saltos allá por el 94 y este disco llegó en el 2006. El sonido del disco es inmejorable, limpio pero con fuerza, con cada instrumento en su sitio. Las canciones son buenas, con sus estribillos guitarreros y ese puntito épico. Para desengrasar, tres o cuatro medios tiempo con garra, con acordeón y todo en Dance She Came. Y así catorce temas, uno detrás del otro. Lo dicho, todo para triunfar, todo lo que recomiendan las recetas, pero no lo hizo, al menos al nivel antes mencionado. A veces estas cosas fallan, y la única explicación que le encuentro es que el disco se hace largo. El tramo final parece no aportar mucha cosa, sino que va dejando la sensacion de haber escuchado lo mismo hace un rato. Igual si se hubiesen quedado con ocho o nueve canciones la cosa hubiera cambiado. Ya se sabe eso de lo bueno, si breve... Este fue el cuarto disco del grupo, y quizás, el principio del fin. Después sólo vino uno más. En este disco el grupo fueron Éric Fuentes, Pablo Salas y Oriol Casanovas. También participaron Santi García, Xavi Lloses y Xavi Navarro.
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