Mira por donde creo que voy a terminar de una vez por todas con eso de empezar todas las reseñas igual. Shalocins nos trae aquí tres piezas grabadas entre 2009 y 2010. Prison Head ocupa los 20 minutos de la cara A, un tiempo que estoy empezando a considerar óptimo para una pieza de ruido, para desarrollarla, para que ejerza su efecto, para que repetición y cambio se conjuguen con la intención de causarte el mal, y para que uno no acabe distrayendo su atención. Así Prison Head burbujea como una cepa de virus maligno a punto de ser inoculado, con la alegría que da saber que al fin vas a cumplir el propósito para el que has sido creado y alimentado. De tan delicioso caldo de cultivo se escapan chirridos, frecuencias graves y algarabia sónica generalizada. La cara B, que se reparten Bepeef Layde y Haper Feelinize, arranca con mucha fuerza, sobre una muralla de cortocircuitos ondulantes no cesa el bombardeo de fugas sonoras y el trabajo de demolición vía frotamiento. Yo me entiendo. Una brutalidad que deviene por momentos en caos. Haper Feelize comienza más sosegada, por momentos casi se pueden oír los ángeles, sobre un continuo sinuoso parece que chirrían, pitan, graznan viejas máquinas oxidadas, cada vez más insistentes, más enfurecidas. Hasta el apagón final. Y ustedes dirán que por qué me empeñó en escuchar sonidos tan nocivos y yo sólo puedo decir que más dañó hace la tele.
Shalocins, como digo cada vez que hablo de este proyecto por aquí, es uno de los muchos alias que usa Rafa Juristo para darnos nuestro merecido.
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