Ya lo comentábamos el otro día al hablar de Las Vírgenes, en 1992 Javier Corcobado declaraba sentirse hermanado con Los Labios y con 713avo Amor. De estos últimos decía que eran el grupo más terrible, espeluznante y fuerte que había en aquel momento, y también que trataban la belleza de una manera muy consecuente. A la vez anunciaba que les había coproducido un disco que editaría Triquinoise. Al final el proyecto no llegó a materializarse y el debut discográfico de 713avo Amor vino de la mano de Subterfuge en forma de single que incluía dos canciones, Cielo Bajo Tierra y Limosna Para Morir, producidas por José Luis Clotet y el propio grupo.
Por aquel entonces el grupo estaba conformado como cuarteto con Emilio Salvatierra a la batería, y las guitarras de Juan Antonio Acien, Albert Meagle y Carlos V. Desastre, quien también se encargaba de la voz. Ya en su siguiente grabación, A Veces El Dolor, quedaron definitivamente como trío, aunque Albert aparecía como colaborador en algunas canciones.
Compré este disco en cuanto salió y corrí a casa para escucharlo, agradeciendo a Subterfuge que hubiese apostado por el grupo. Al hacerlo por primera vez no pude estar mas de acuerdo con Corcobado, lo que salía de los altavoces era literalmente terrible y espeluznante, pero yo no suelo usar estas palabras precisamente cuando algo me gusta. Nada de lo que se publicaba por aquellos años en este país, al menos en el territorio independiente en el que me iba adentrando por aquel entonces, se parecía a lo que sonaba aquí. Solo este disco te podía preparar para escuchar este disco... y yo no estaba preparado, así que se me atragantó. No conseguí digerirlo hasta escuchar al completo su primer LP, el mencionado A Veces El Dolor. Fue entonces cuando todo adquirió sentido, el universo del 713avo Amor no cabía en un single, no era comprensible, ni mucho menos abarcable, en los ocho minutos que suman las dos canciones aquí presentes. Esto era solo un trailer, que según como me cogiese me predisponía, a veces mas, a veces menos, o incluso nada, a la visión de la obra completa. Menos mal que al final me animé.
Ahora es todo al revés, las dos canciones me encantan, como todo lo que hicieron 713avo Amor después, pero la edición de este single creo que fue un error que no benefició al futuro del grupo. Entiendo que, llevando como llevaban en activo desde 1988, el grupo tuviese ganas de estrenarse discográficamente, pero tendría que haber mantenido la idea inicial de sacar un disco largo. Igual que también considero que no fue bueno para ellos haberse apuntado a ese remedo de la gira Noise Pop, que se llamó Noise Tour, en la que contaron con la compañía de Los Canadienses, Parkinson D.C. y The Faded Flower, grupos buenos, pero muy alejados de las coordenadas musicales de nuestros protagonistas de hoy.
Dos decisiones desafortunadas, a las que yo guardo cierto cariño. Gracias a ellas, escuché y pude ver en concierto por primera vez a 713avo Amor, aunque en aquella gira, sobre el escenario a Carlos no se le veía contento del todo. En su concierto de Valencia, el que pude ver yo, al grito de ¡Nadie Baila!, el grupo se enzarzó en 20 o 25 minutos de brutal electricidad continua sin mediar más palabra. Nunca lo olvidaré, nunca nos lo pusieron fácil.
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