Aquí estamos otra vez más como va siendo ya una costumbre, cada vez que damos por escuchados 10 discos, elegimos las canciones que mas nos han gustado y las ponemos una detrás de otra. En esta ocasión, de los discos que traemos, los que más me han hecho feliz son los de El Pilar Azul, Elcielonumero20, Eighteen Hole, una de mis particulares magdalenas de Proust, y Kiev Cuando Nieva.
En los de Estratega Pencherjevsky y El Pardo he encontrado, sin ser álbumes totales, los mejores hits que he escuchado en estos días.
Al de Keiko y Espanto les pesa que he escuchado otros discos de ellos que son bastante superiores, el de Klaus&kinski se me ha hecho largo, hay que dejarlo reposar y ya habrá tiempo de volver a él, y el de Benito Lertxundi es bonito, pero anda un poco lejos de mis gustos.
Pero ya saben, lo mejor es escuchar, indagar y hacer su propio ranking. Denle al play y manos a la obra.
01. Lunas De Neón de Estratega Pencherjevsky. Extraída de Conache (Discos Acabados 2016)
02. Sombras de El Pilar Azul. Extraída de La Constante Sin Nombre (El Hombre Bala Records 2013)
03. Realidad de Elcielonumero20. Extraída de Nada Sueña (Autoeditado 2008)
04. Las Clases Ociosas de El Pardo. Extraída de 2013 (Nueva Monarquía / La Resistencia / Producciones Y Punto 2013)
05. Before The Moon’s Gone Away de Eighteen Hole. Extraída de Demo 2007 (Autoeditado 2007)
06. No Lies de Keiko. Extraída de Shake A Hand (Mckenzie Productions 2006)
07. La Mano De Santa Teresa De Jesús de Klaus&kinski. Extraída de Tu Hoguera Está Ardiendo (Jabalina Música 2008)
08. La Obsolescencia Del Producto de Espanto. Extraída de Cantando En Tu Siesta (Birra Y Perdiz 2007)
09. En Ningún Árbol de Kiev Cuando Nieva. Extraída de Kiev Cuando Nieva (AArecords 2006)
10. Beotibar de Benito Lertxundi. Extraída de Altabizkar & Itzaltzuko Bardoari (Elkar 1981)
Estratega Pencherjevsky es uno de los proyectos-personalidades individuales de José J. Martín, que desde 2018 compagina con Sensible. Este último surgió cuando planeó un disco romántico que el Estratega, más dado a faenas algo experimentales, decidió que no era para él.
Tripulante también de Gaf Y La Estrella De La Muerte, mitad del dúo Trituradora, y con un pasado en el que cabe destacar a Monstruobot, basten estos apuntes biográficos para situarnos un poco.
Estratega Pencherjevsky venía de editar Sentinel, cinto temas instrumentales de electrónica para todo tipo de viajes, y es en este Conache la primera vez que se atreve a cantar, haciendo un tecno pop algo retorcido, ahora se diría minimal synth, de regusto narcótico, voces levemente tratadas y ritmos lentos, que nos cuenta historias de amor en futuros inventados. De alguna manera parece que podemos ver este disco como el del comienzo de la disociación, y es que se diría que algo de Sensible ya se colaba en la mente del Estratega, aunque incluye uno de los temas cold wave, algo más malsano que el resto, más adictivo que recuerdo.
El Pilar Azul es el proyecto personal de Adán Zeus, en activo al menos desde 2010, este mismo año acaban de publicar su segundo disco grande L I M B O. Después de un par de EP’s, que creo que solo contaron con edición digital y que actualmente están desaparecidos de su bandcamp, su primer paso largo fue La Constante Sin Nombre.
Disco que me gustó mucho desde que lo escuché las primeras veces, suelo volver a él cuando me apetece escuchar música a buen volumen sin hacer nada más, ya que siempre me deja la impresión de que todavía lo puedo exprimir un poco más.
Un texto en el interior del libreto formado con las letras de las canciones, no extríctamente en el mismo orden en que se suceden en el cd, y sin ninguna separación especial que haga saber donde termina cada una y comienza la siguiente, hacen pensar que el disco fue concebido con un hilo narrativo.
Entre ambientes densos aparecen guitarras hirientes, se dejan caer notas de piano, una voz va exponiendo dudas y anhelos, y así se gesta un mundo propio y personal, bello pero inaprensible, que me produce cierto escalofrío, y ganas de volver a sumergirme atentamente en él.
Pasaron muchos años desde el final definitivo de Ebria Danza hasta que sus componentes volvieron a dar señales de vida haciendo públicas grabaciones de los proyectos en los que se encontraban inmersos. Emilio Herrando publicaba en 2008 el cd Azar, a nombre de Música Rota, en el que se recogían grabaciones realizadas por este en los últimos quince años, algunas con sus ex compañeros de baile. Por otro lado Sergio Ibáñez y Javier Sanz, ese mismo año, publicaban su primer trabajo como Elcielonumero20, desde la más estricta autoedición.
Para este debut graban quince inquietantes piezas instrumentales de diverso pelaje, desde aproximaciones al art-rock hasta letanías de ambient ruidoso, siempre dejando cierta sensación de desolación y pérdida, de que algo anda torcido. Ritmos, samples, efectos, acoples acaban de dar su peculiar forma a los temas, que parecen surgidos sin más pretensión que la necesidad de búsqueda, exploración, creación y, ¿por qué no?, diversión de sus autores.
Y es en esta búsqueda, en los diferentes caminos en los que se adentra, donde reside para mí la mayor virtud de este disco, que consigue hacer atractivo este largo paseo por la desintegración de nuestras esperanzas.
Hacia 2008 la cosa en Madrid pintaba bien, sellos como Aplasta Tus Gafas De Pasta, Gramaciones Grabofónicas, Afeite Al Perro, Birra Y Perdiz o for Noise’s sake estaban a pleno rendimiento, era el epicentro de un nuevo terremoto en el underground que se movía por debajo de los radares de lo establecido. Las redes sociales, los blogs, MySpace eran los nuevos canales de comunicación, los medios escritos y la radio, por muy alternativos que fuesen, eran el pasado, no hacían falta para nada.
Y cuando uno ponía el zoom, e iba investigando, siguiendo, escudriñando a cada uno de los nombres que iban saliendo, en el entorno de Aplasta Tus Gafas De Pasta uno de los que aparecía recurrentemente era el de Raúl Querido.
Parece que cuando recibe la invitación del Madrid Popfest para tocar en la edición de 2013, decide hacerlo con un grupo de amigos, en vez de en solitario, y con estos acaba por conformar El Pardo.
Todos próximos al pop, la forma en que venían haciendo las cosas, totalmente autogestionada pero abierta a todo proyecto de la misma naturaleza, ya denotaba cierta implicación política. Y es con El Pardo cuando la furia se desata, las letras apuntan directamente al enemigo, el por entonces presidente Mariano, empresarios, políticos, los de “yo no soy ni de izquierdas ni de derechas…”, y la música se adapta, quizás es demasiado esclava, a las necesidades del texto, rabiosa, repetitiva, contundente, pequeño guiño a Eskorbuto en el comienzo de Las Clases Ociosas, densidad noise en ¡Son Los 90! y colchón con estridencias para el spoken word de La Charla Final.
Pega duro en las primeras escuchas, pero el conjunto pierde algo en las sucesivas, no así La Hoguera De San Jerónimo, que es un temazo que ya pusimos por aquí hace unos meses.
Eighteen Hole fue una de las muchas bandas en que ha puesto las baquetas mi amigo desde la infancia Jose. Enamorado del heavy desde bien pequeño y devorador insaciable de revistas del género, recuerdo oírlo hablar de la New Wave Of British Heavy Metal, de disertar sobre si AC/DC podían, o no, considerarse heavies, y un montón de cosas más. Fue él quien me descubrió a Barricada a la altura del No Hay Tregua, quien me recomendaba sin parar Últimos De Cuba y… mil cosas más.
La necesidad vital de tocar la batería le ha llevado a pasar por todo tipo de bandas, desde el indie rock de Swampthing hasta Insolencia, banda tributo a Barricada, pasando por los punkis Combate WC.
De todas las grabaciones en las que ha participado, esta de Eighteen Hole es mi favorita, la banda no duró mucho, apenas dieron un puñado de conciertos y solo registró esta demo.
Cuatro canciones de rock con raíces en el garage, la textura de la voz de Diego y el descaro a la hora de cantar las potencian, mientras que es la guitarra de Airam la que, en ocasiones, las hace crecer hacia sonoridades más cercanas al rock de los noventa y el grunge. Sea como sea, las canciones son auténticas bombas lapa que cumplen a la perfección su misión de adherirse al oyente y de volver de forma recurrente a su cerebro.
Keiko es un trío radicado en Tenerife que lleva en activo desde 2004. Yo no tenia ni idea que existían hasta que Foehn Records empezó a editar los trabajos en solitario de Diego Hdez hacia 2012. Ahí fue cuando, indagando, vi que Diego ya llevaba un tiempo en esto de la música, y que junto a Román Brito y Luis Suárez han ido dando forma a este proyecto durante todos estos años. Proyecto que también contaba con Beatriz Treviño a las voces en sus comienzos, y a la que todavía podemos escuchar aquí en algunos coros.
Este es su primer disco, lo encontré maltrecho en las estanterías de una tienda de segunda mano en la sección de música internacional, ellos tampoco sabían que Keiko eran de aquí al lado.
Estos días lo he estado escuchando por primera vez, y lo primero que me vino a la cabeza al comenzar a sonar fue “hostia, rollo Lenny Kravitz”, un funk rock para cantar con una buena boa alrededor del cuello, luego la cosa va abandonando el funk y se acerca más al rock clásico que remozan con aires blueseros, brisas folk… también hacen una paradita en el reggae… y cierto ambiente narcótico se va apoderando del disco, que hace que uno se vaya meciendo con la música. Acaba mucho mejor que empieza.
Este verano me propuse acabar con la letra K de mi estantería de cedés comprados, almacenados y, con suerte, muy rara vez escuchados. Este Tu Hoguera Está Ardiendo juraría que no había salido de su caja ni una sola vez. De Klaus&kinski solo había escuchado antes alguna canción en algún recopilatorio, seguramente en los de Las Mejores Canciones Nacionales de cada año editaba el Rockdelux en marzo, y precisamente no me causaban el efecto deseado.
Formados en 2005, en 2008 los murcianos debutaron a lo grande, con las 14 canciones de este disco. No hubo ni single, ni EP, ni mini LP previo a modo de prueba, anteriormente solo habían publicado un par de temas en recopilatorios maqueteros. Así que la apuesta de Jabalina por ellos fue clara.
El disco empieza bien, pero a pesar de su eclecticismo, ya saben ustedes lo del bolero Menguele Y El Amor, los ritmos programados de Muerte En Plasencia, se va diluyendo conforme avanza, se me hace largo, e igual por la pérdida de atención cada vez me cuesta más seguir y entender las letras que canta Maria. Aunque esto último se subsanó en una edición posterior con un digipack algo más currado que incluía las letras de las canciones.
Es pop de digestión muy lenta, y así de primeras, yo nunca hubiese votado por colocarlo en lo alto de las listas de los mejores discos del año, pero ahí estuvo. Vamos a ver que pasa con su siguiente referencia, Por Qué No Me Das Tu Dinero, un EP de 5 canciones, me imagino que más corto, y que también tengo que desempolvar en este caluroso verano.
Cuando fui a comprar este disco ya estaba agotado. Esto seguramente hizo que estuvese más atento a los siguientes pasos de Espanto y que comprase sus siguientes trabajos, Ísimos y Érrinos, nada más saliesen al mercado.
Hará un par de años que encontré este, y tras un par de escuchas lo primero que pensé fue que de haberlo oido en su día, igual no hubiese comprado nada más del grupo.
En Cantando En Tu Siesta se recoge una selección de las canciones que el grupo había ido grabando en su propia casa y colgando en su bandcamp desde 2005, y aunque no se puede negar que los logroñeses ya dejaban alguna muestra de su talento para el pop y bastantes de su astuto sentido del humor, el conjunto no me acabó de convencer del todo.
Estos días me lo he vuelto a poner unas cuantas veces, y sin tener ninguna canción redonda, uno se va acostumbrando a lo precario del sonido, y al final me atrevería a decir que, para mi, cinco de las once canciones aquí presentes llegan al notable, divierten con sus ocurrencias en las letras, pero su intención de hacer canciones pop sin apenas medios igual habría lucido más si, en vez de tratar de hacerlo bien, hubiesen abrazado el encanto doméstico y descacharrado de sus contemporáneos Bicicross.
Otro de los cedés damnificados por mis compras y acumulaciones compulsivas, pero a este sí le tenía ganas. Desde que conocí AArecords me llamó la atención su trabajo por varios motivos, el principal era que un sello con sede en Alemania editase a tantos grupos españoles, pero también me encantó lo que hicieron con las portadas de la edición de El Cantar, primer vinilo de Roldán. Quizás, que Rafael Martínez del Pozo, que ya ha salido por aquí bastante como miembro de Yogur y La Jr, estuviese implicado en los avatares del sello explica todo un poco.
Así he ido comprando las referencias que he ido localizando, todavía me tiro de los pelos por no haber comprado la Edición Artesana de Kiev Cuando Nieva cuando la tuve a mano, y recuerdo con emoción cuando encontré un cd de Tresestrellas en una tienda de discos no me acuerdo de dónde.
Kiev Cuando Nieva, procedentes de Huesca, junto con Roldán, son los dos proyectos que han tenido mayor continuidad de los nacidos bajo el paraguas de AArecords, y este que he estado escuchando es su primer disco largo. El ahora cuarteto comenzó allá por el 2000 como trío formado por Antxon Corcuera y los hermanos Carlos y Javier Aquilué, y en este disco practican un pop altamente intuitivo, personal, diferente y arriesgado, de rara sensibilidad y atractivo resultado. Un pequeño vicio de disco del que van surgiendo espléndidas canciones entre otras de espíritu libre y estructura imposible, que también acaban por desarmarte un poquito.
Septiembre u octubre de 1992. Una cinta con Mikel Laboa por una cara y Benito Lertxundi por la otra. Iker, mi compañero de habitación, me la presta. A Mikel lo conocía de nombre y a Benito de nada. Me gustó más la cara de Laboa, ayudaba además saber que dos años antes Negu Gorriak, BAP!!, Delirium Tremens y M-ak, entre otros, habían hecho un disco cantando sus canciones.
Así que mientras en los sucesivos años me iba empapando de Laboa, no fue hasta hace poco, que encontré este disco de Lertxundi, cuando me he puesto a escuchar algo del cantautor de Orio en serio.
Quinto disco de estudio, doble LP, cada uno de ellos con título propio, aunque a la hora de escucharlos y leerlos, a mi me parecen entrelazados. La batalla de Roncesvalles, año 778 d.C., en la que los vascos atacan y vencen a la retaguardia del ejército de Carlomagno después de que este haya sitiado la ciudad de Zaragoza, las consecuencias de guerras Carlistas, la emigración, el amor y la añoranza por Euskal Herria, la valentía para defenderla, son los temas sobre los que giran estos discos.
Hombre de gran voz, musicalmente el disco tiene sonoridades medievales y mucho de la tradición vasca, con solemnes recitados como reclaman las gestas que se describen y cantos graves que reverberan como si estuviesen ejecutados en grandes salones, y cuenta con la participación de un montón de músicos e instrumentos. Bastante curioso y muy agradable para la escucha, pero sin llegar a levantarme grandes pasiones.
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