Mira por donde hasta raro me parece ponerme a escribir de este disco a estas alturas, después de todo lo que se dijo y se escribió sobre él cuando vio la luz. Así que no es momento de hablar de esa voz tan extraña, histriónica, al borde del llanto y aguda en demasía, ni mucho menos del sonido de su Casio PT-1, ni de cómo han vestido cada una de las canciones, a pesar de ser su primer disco, con arreglos variopintos y mucha sabiduría. Tres cosas que los hacen bastante peculiares. Pero sí voy a hablar un poco de una cuarta, que también es poco frecuente, y es de como desmontan el mito del macho dominante en esto de la música moderna y juvenil. Muy pocas veces había visto en una canción lo que aquí se hace prácticamente a lo largo y ancho de todo el disco. Oyendo las canciones vienen a la cabeza esas viñetas de Forges donde la mujer duplica en tamaño al hombre, y es que abundan perlas como "¿qué vas a hacer cuando descubras que tengo pene de chino?" o "nunca pude igualar tu vibrador". Hasta incluso se atreven en el tema oculto del final del CD a cantar en primera persona del femenino: "Yo, una heroína de leyenda...". De paso también sueltan alguna verdad incontestable: "¿Que vas a hacer cuando descubras que el follar provoca cariño?". Pop al límite. Un disco que me cuesta poner, del que necesito periodos de descanso, pero que también después me cuesta quitar. Alguna canción es simplemente perfecta. Manos De Topo fueron en esta ocasión Miguel Ángel Blanca, Alejandro Marzoa, Pau Juliá y Rafa de los Arcos.
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