Mira por donde la cosa tiene mas miga de lo que puede parecer a primera vista. Además en esta ocasión no tengo que inventarme ninguna historia sobre este disco, son las propias canciones las que te la cuentan. Todo empieza con un futbolista afligido que ha perdido las ganas de entrenar y jugar los sábados, él lo que quiere ser es video-artista. Y ya tenemos a la ex-novia, avergonzada, contándonos que al principio no se atrevía a salir a la calle, que no entiende y que no tiene la culpa de que su novio se haya... se haya vuelto ... sea gay y le gusten los chicos. Por fin lo ha dicho, que mal rato ha pasado. Pero él solo quiere ser video-artista y entonces hay que recordar a base de coro festivo que "video-arte no es una opción sexual, [...] lo que no es sexo no es una opción sexual". Pero la sociedad ya lo ha condenado y se comenta que era uno de esos chicos raros, capaz de pintarse los ojos para llamar la atención, y que hoy en día son muchos los casos de chicos que persiguen ese ideal estúpido de arte-discoteque y hasta el artista español de los sesenta, setenta, para el que supongo que va a hacer un video, afirma que eso es cosa de chicas mientras canta orgulloso que él ha comido caca. Pero nuestro video-artista... no tiene miedo al futuro.
Pues esto es lo que hay en este disco a ritmo de pop electrónico, pop a secas, y hasta de canción protesta (de los sesenta, setenta, claro) según lo requiera la situación. Las canciones, según la portada, son de Manolo y Genis (Astrud para la humanidad), y las hicieron para un video de Carles Congost que no he podido ver por ningún lado. Ellos mismos tocan los instrumentos, y cantan Desireé García Miras (Fine!), Carlos Ballesteros (Hidrogenesse), Helena Larramona y Javvy Born. Para rematar 3 remixes a cargo de Austrohúngaro, Madelman y Vicent Fibla & Carles Congost.
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